05. Confesiones

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Hermione Granger está adormilada sobre mí apenas cubierta por mi chaqueta, acabo de hacerle el amor y sé a ciencia cierta que ha sido su primera vez, no entiendo qué es lo que la ha impulsado a ofrecérseme de un modo tan directo y libre. Ninguna de las razones que se pasan por mi cabeza tienen la suficiente fuerza como para ser ciertas, tampoco soy tan creído como para pensar que ha sido mi belleza, Hermione no se dejaría llevar por una tontería como esa. Darle vueltas a qué puede ser me está volviendo loco, estoy deseando saber qué es pero no sé cómo preguntárselo. También me hace pensar en qué vamos a hacer a partir de ahora, no soy idiota y sé que nuestra inexistente relación va a cambiar. No puedo robarle su virginidad e ignorarla al día siguiente. Aunque en realidad eso es algo que habría hecho antes, ahora me resultaría mucho más difícil. He probado su sangre, para mí eso es aún más importante que cualquier otra cosa, la considero mía… de mi propiedad. Esto va a ser más difícil y extraño de lo que pudiese haber imaginado hace unos meses cuando me preparaba para aguantar un año de clases en medio de humanos.

- Un penique por tus pensamientos… - susurró mientras besaba mi cuello. Realmente será muy difícil.

- Estaba intentando averiguar qué te ha llevado a esto. – Decidí que era mejor no dar rodeos – De acuerdo, puedo llegar a ser muy convincente pero creo recordar que ni siquiera intenté convencerte de nada, es más creo que incluso hubo un momento en que hice lo posible por disuadirte de ello.

- Draco, no le des más vueltas. Me temo que ha sido algo muy sencillo y puede que te sientas decepcionado por la respuesta – incorporándose para ponerse mi camisa. – Resulta que hace mucho tiempo que me resultas bastante atractivo, supongo que es esa estupidez de que a las mujeres les gustan los chicos malos y rebeldes, durante todo ese tiempo te has dedicado a ser totalmente odioso conmigo, me has insultado y humillado. Cuando Voldemort fue derrotado casi pierdes parte de tu encanto, pero volviste convertido en un vampiro… ¿qué puede haber más peligroso que un depredador sobrenatural? Entonces me salvas de un hombre lobo, dejas de mirarme como si fuese un insecto y comienzas a halagarme como si fuese miss universo, no contento con ello me consuelas en cuanto demuestro un mínimo de humanidad. Resulta que existen también una serie de factores añadidos; ninguno de mis compañeros ha demostrado el más mínimo interés hacia mí en todos estos años, tengo la sensación de que no he servido para otra cosa que no sea estudiar, he leído cientos de libros llenos de teorías y explicaciones exhaustivas de miles de cosas que jamás experimentaré… Puedes decir lo que quieras acerca de mi belleza, Draco, pero Krum es el único que me invitó a salir y sólo se atrevió a darme dos besos castos, como si fuese de porcelana y fuese a romperme, o como si una emoción demasiado fuerte pudiese acabar con mi cerebro lleno de teorías. Tú no me diste un beso casto sino que me besaste de verdad, con fuerza, pasión… como si realmente deseases memorizar mi sabor, supongo que te diste cuenta de que mi corazón salió disparado en ese instante, mi cerebro recibió cientos de impulsos nerviosos que no venían de teorías impresas sino de una experiencia totalmente real, me hiciste sentir viva, me recordaste que la sangre corre por mis venas no solo para ir de un lado a otro por mi organismo o para mantenerme con vida sino porque estoy viva… Cuando dijiste en voz alta lo mucho que deseabas probar mi sangre y disfrutar con mi cuerpo, pensé que era una ocasión magnífica para dejar de lado las teorías. Eres como un sueño hecho realidad para cualquier mujer: hermoso, experimentado, peligroso y lo mejor de todo, en ese momento realmente me deseabas. ¿Cómo podría llegar a resistirme a todo eso?

- Vaya… alguien más ha estado dándole vueltas… - mirándola asombrado tras el impresionante estudio que me había presentado - ¿Acabas de inventártelo todo de golpe o has buscado las excusas mientras estabas adormilada? – Sonreí – Te agradezco la parte en la que me conviertes en un sueño para quinceañeras, pero no creo que tu vida haya sido tan oscura como la pintas. Eres muy hermosa y seguro que nadie te ha pedido una cita a causa de los dos maromos estúpidos que te acompañan a todas partes y que lanzan miradas asesinas al que se acerca mínimamente a ti. Tampoco es que muchos de tus compañeros tengan la suficiente valentía como para pedirte una cita, tú misma lo has dicho, has salido con un famoso jugador de quidditch y has ayudado a derrotar al mago tenebroso más poderoso de la historia… ¿cuántos de tus compañeros tendrían siquiera la presencia de ánimo como para pedirle la hora a una mujer como tú? – Me hizo gracia, pues al único que le habría dado igual todo eso, incluso le habría parecido un reto es a mí. Aunque no iba a decir nada – Eres muy inteligente, la mejor de la clase, todos los profesores te ponen de ejemplo… Hermione, eres una especie de modelo a seguir, mezclado con unas agallas y una valentía que son propias de una Gryffindor. No puedo creer que alguien como tú se vea en la situación que me dices: tengo una vida dedicada al estudio y a salvar el mundo, nadie se ha dignado a pedirme una cita y no me queda otra que acostarme con un vampiro que a la vez es el hombre que más odio.

Entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora