54. EXTASIS

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Inciso previo a la lectura, se mencionan varias canciones en una escena. Aquí os pongo las referencias necesarias para poder tenerlas en mente (o en el reproductor) cuando aparezcan. 

Ginebra... "What Ever Happened" The Strokes BSO Marie Antoniette.

Lara... "The Lady of Chalott" Loreena McKennitt

Draco... "Human" Metallica

Draco y Luca... "Loverman" Metallica.

Draco, Luca y Tony... "Whiskey in the Jar" Metallica

Baile entre Draco, Ginebra e Isa…

"Right Round" Florida Feat Kesha

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Observaba dormir a Hermione como muchas veces había hecho en el pasado. Pero en esta ocasión era diferente. Ella ya no era la misma y yo también había cambiado. Demasiados años habían transcurrido desde aquel momento en que nuestras miradas se habían cruzado en un andén inundado de vapor. Su cuerpo había cambiado hasta convertirse en el de una mujer fuerte y hermosa, sus caderas se habían ensanchado al dar a luz, sus pechos se habían llenado y cambiado ligeramente de forma. Sus piernas, largas y bien torneadas, se enlazaban con las mías en el lecho, mientras su rostro, con ese eterno tono broncíneo que el sol le otorgaba, estaba relajado en una expresión de paz absoluta, recostado contra mi brazo. Su corazón ahora latía de un modo ligeramente más lento, el mío no volvería a latir.

Recordaba entonces todos los momentos que habíamos compartido cuando yo pensaba que estaba soñando con un ángel, con un ser perteneciente a un mundo que jamás existiría, con un futuro que nunca podría ser. Nuestras conversaciones a la luz de las velas en mi lecho, tantas palabras de amor vertidas por la libertad que daba el mundo de Morfeo, cuando en realidad estaba abriéndole mi corazón a la mujer que siempre había amado y aún no lo sabía. Ahora, con las ventajas de la memoria de un vampiro, podía buscar en esos recuerdos y analizarlos una y otra vez, dándome cuenta así de ligeros detalles que perfectamente la habrían delatado si no fuese porque yo deseaba fervientemente creer aquella mentira.

- ¿Por qué te gusta tanto mirarme cuando duermo? – Preguntó sin abrir los ojos.

- Porque jamás me cansaré de ver cuán perfecta eres. – Le dije, acariciando su rostro al mismo tiempo que apartaba un mechón de cabellos.

- Mentiroso. No soy perfecta. Mi cuerpo ha cambiado mucho después de tener a los dos gemelos. – Protestó frunciendo el ceño. – Tú sí que eres perfecto. – Abriendo los ojos al fin y buscando los míos. - ¿Sabes que echaba mucho de menos tenerte cada noche a mi lado?

- ¿No disfrutaste acaso de no pasar frío por una temporada? – Me sonreí, descendiendo para besar sus labios. – Y eres perfecta, no me importa lo que digas, nada me hará cambiar de idea.

- Tu piel fría habría sido un bálsamo en mitad del calor que hacía en Alamut… - Abrazando mi cuello y amoldándose a mi cuerpo. – Incluso hubo un par de noches que le pedí a Tony que se quedase a mi lado para lograr dormirme… echaba de menos el cuerpo duro de un vampiro junto al mío.

- Eso no es que me haga mucha gracia. – Alzándome con una mueca de disgusto. – Tú con Tony, en una cama… no es una imagen que quiera tener en mi mente.

- Fue todo un caballero, Draco. – Se sonrió. – Es cierto que se ofreció varias veces a calmar los efectos de las hormonas en mi cuerpo, pero entonces no sería Tony. – Se mordió el labio inferior, como siempre hacía cuando había algo que le preocupaba. – También estuvo presente cuando te seducía…

Entre las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora