CAPÍTULO 1: EL DE CUANDO RACHEL DIMITE I

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¡Bienvenida a Nueva York!

Hacía apenas dos horas que el vuelo de RJ había aterrizado en el estado de Nueva York y apenas una hora que había conocido su nuevo apartamento: de tamaño medio, con una habitación y un baño, y un amplio salón que en algún punto se transformaba en cocina. Tenía unas ventanas grandes que daban a la calle y hacia que la estancia estuviese iluminada en todo momento. Y, a excepción de las cajas con sus pertenencias que habían llegado días antes, estaba completamente vacío. 

Debía ir a comprar muebles, pero eso no le resultaba prioritario. No cuando quería darle una sorpresa a su hermano. Sabía la dirección de Chandler, pero desconocía la ciudad. Así que, con un mapa en su mano y un caliente abrigo negro, salió del apartamento.

El frío de Manhattan a principios de diciembre era similar al de Londres por la misma época del año, por lo que no le resultó difícil acostumbrarse. Lo único que lamentaba era no haberse puesto unas medias más gordas para cubrir el diminuto espacio de piel entre el final de sus botas y el inicio de su falda.

Y aunque el apartamento que había comprado no estaba relativamente lejos de la vivienda de su hermano, se perdió entre tantas calles, tantas avenidas, tantas personas... Vio una cafetería y pensó que no sería un mal sitio para preguntar.

Mientras, en el interior de la cafetería, Mónica, Phoebe, Chandler y Joey hablaban sobre el nuevo trabajo del italiano como vendedor de árboles de navidad.

-Y para la mayoría es su única oportunidad de conocer Nueva York. -explicó el castaño en un intento nefasto de seguirle la corriente a su mejor amigo sobre por qué no era malo talar árboles en navidad.

-Como sea. -continuó diciendo Joey, tras mirar a Chandler extrañado- Tengo que irme o me van a despedir.

-Saluda a los árboles de mi parte. -volvió a decir Chandler con una mirada divertida.

Joey simplemente se limitó a rodar los ojos y caminó hacia la salida en el preciso instante que una chica entraba. Era bajita, más bajita que sus amigas. Tenía el castaño cabello suelto, a la altura de los hombros y con suaves tirabuzones. El color rojo de su falda era opacado por el rojo de sus labios, unos largos y finos que combinaban a la perfección con el rostro que aparecía el de una muñeca. Pero lo que más llamaba su atención eran las numerosas pecas que había por toda su cara.

Era preciosa, probablemente una de las mujeres más hermosas que había conocido en toda su vida. Y, si no la hubiese reconocido, hubiera intentado ligar con ella.

-RJ. -dijo notablemente sorprendido y mirándola de arriba abajo para asegurarse de que era la misma chica de la fotografía que Chandler les había enseñado.

Cuando Chandler les enseñó la última foto que tenía con su hermana, ella era más joven y sus facciones no estaban tan marcadas. Además, tenía el cabello más largo. Ya le había parecido hermosa en aquel momento y, justo como lo que estaba pasando, sus pecas fueron lo que más le cautivaron. Seguramente la había reconocido por esas pequeñas manchitas marrones.

-Sí. -contestó extrañada la castaña mientras su mente trabajaba a mil por hora para reconocer el rostro del atractivo, pero ligeramente despeinado, hombre que tenía delante- Perdona, pero no me acuerdo de ti.

-No. No me conoces.

-Entonces creo que mejor me voy a ir.

-¡No! -se apresuró a decir al ver la intención de la chica de irse. Aquella pequeña exclamación captó la atención de las personas del recinto y, en especial, la de sus amigos- Soy Joey, el mejor amigo de Chandler. -sonrió de oreja a oreja, mostrando lo orgulloso que se sentía de pertenecer a esa categoría. El cerebro de RJ hizo click y pudo relajarse para dejar salir una sonrisa amable de su rostro- Chandler está aquí. ¡Chandler! -se giró enseguida y comenzó a andar hacia su habitual lugar en la cafetería.

More Than Friends ;; J. TribbianiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora