R. O. T. B. A. S. |6|

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Aunque Gu Man se sentía tímida, Gu Ning iba a hablar sobre algo que podría ponerla más nerviosa: 

-Mamá, tú y mi papá todavía son jóvenes. ¿Por qué no aprovechas este tiempo y tienen otro hijo? —dijo Gu Ning.

No le importaba en absoluto tener un hermano o una hermana 20 años menor que ella. 

-Voy a ir a la capital pronto y estaré ocupada lidiando con mi negocio en el futuro, así que no tengo mucho tiempo para estar a tu lado.

Además, el cuerpo de Gu Ning seguía siendo la hija de Gu Man y Tang Yunfan, pero su alma no lo era; aunque Gu Ning los trataba como a sus propios padres, todavía esperaba que pudieran tener un hijo que les perteneciera por completo.

Gu Man se sonrojó a la vez.

-Ya te tenemos y no queremos tener otro hijo a una edad tan avanzada.

Gu Man se preocupaba mucho por los sentimientos de Gu Ning, aunque pudieron tener otro hijo, Gu Ning ya tenía 19 años y la diferencia de edad entre dos hijos era demasiado grande.

A Gu Man le preocupaba que a Gu Ning no le agradara un hermano o hermana menor que fuera mucho más joven que ella.

Gu Ning entendió las preocupaciones de Gu Man.

-No creo que haya nada malo en ello. Papá y tú no sois mayores, y también están tomando mi medicamento especial para mejorar la condición de su cuerpo. Creo que eres incluso más fuerte y saludable que las personas de 20 años —dijo Gu Ning.

Gu Man dudó por un tiempo.

-Bueno...

-Mamá, no necesitas preocuparte por mí. No me importa, y realmente quiero que tú y papá tengan otro hijo —dijo Gu Ning.

Como Gu Ning dijo eso, Gu Man no pudo rechazar.

-Muy bien, lo hablaré con tu papá más tarde —dijo Gu Man al final.

Gu Ning sonrió y decidió hablar de ello con Tang Yunfan más tarde también.

Gu Man también necesitaba el apoyo de Tang Yunfan.

Cuando Gu Ning y Gu Man regresaron a la casa de la familia Tang, todos los jóvenes estaban fuera por su trabajo y Tang Haifeng estaba solo adentro.

El Maestro Lei había invitado a Tang Haifeng a visitar a la familia Lei, pero Gu Ning regresaría hoy, por lo que Tang Haifeng decidió quedarse en casa.

Una vez que llegó el auto de Gu Ning, Tang Haifeng lo vio desde la sala de estar.

Se puso de pie y salió sin demora.

-Hola, padre —lo saludó Gu Man.

-¡Bienvenidas a casa! —Tang Haifeng sonrió.

-¡Hola abuelo! —Gu Ning saludó a Tang Haifeng.

-Ningning, ¡no te he visto en mucho tiempo! ¿Por qué estás tan ocupada todos los días? —Tang Haifeng se quejó.

De hecho, se preocupaba por la salud de su nieta y también quería pasar más tiempo con su nieta, que acaba de unirse a su familia.

Ahora era viejo y todos sus nietos habían crecido y lo habían abandonado.

A pesar de que se quejó, todavía se sentía muy orgulloso de Gu Ning.

-Bueno, abuelo, ¿no sabes que tu nieta es demasiado sobresaliente para perder el tiempo jugando? Estoy ocupada todos los días para realizar mi sueño —dijo Gu Ning con una sonrisa.

-¡Ja, ja, tienes razón! —Tang Haifeng asintió.

-Mm, abuelo, si realmente te sientes aburrido en casa, tengo una buena idea para resolver este problema —dijo Gu Ning y se acercó a los oídos de Tang Haifeng.

Tang Haifeng tenía curiosidad.

-¿Qué es?

-Puedes decirles a mis padres que tengan otro hijo para jugar —dijo Gu Ning.

Gu Man no estaba cerca de ellos, por lo que ella no lo escuchó.

Los ojos de Tang Haifeng se iluminaron a la vez.

De hecho, él también tenía esa idea, pero estaba preocupado por los sentimientos de Gu Ning; para su sorpresa, Gu Ning se lo propuso ella misma.

-¿De verdad crees que tus padres pueden tener otro hijo? —preguntó Tang Haifeng.

Gu Ning sonrió, ella entendió que su abuelo también quería otro nieto.

-Claro, y acabo de hablar de ello con mi madre —dijo Gu Ning.

Después de eso, Gu Ning le dijo a Tang Haifeng lo que le había dicho a Gu Man.