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Me cubrí la cara a medias con el pañuelo, levantando mis ojos para ver al emperador, cuando mejore, aquella cara temblorosa que me miraba preocupado regreso a tener una expresión fría y mirada de halcón.

–Uh...

No pude responder y dudé. ¿Sensible a Mana? ¿Qué demonios es eso?

–No lo sé...

– ¿No lo sabes?

El emperador abrió los ojos. Me agaché sorprendida.

Los ojos, que estaban tan filosos como un gato bajo el sol en primavera, se volvieron agudos en un instante. El cambio fue momentáneo, pero agudo para notarlo.

Claramente noté que el hombre guapo antes que nada era un emperador y el dueño de la fortaleza oriental del Riker.

Sacudí la cabeza.

–Nunca lo había escuchado antes.

Conocía a la Ylenni de los últimos ocho meses. Pero no sé si tenía una enfermedad crónica anterior. Pero no me había pasado nada en ocho meses...

–Rosell, ¿qué fue lo que paso?

El emperador giró la cabeza y preguntó en alguna parte. Giré la cabeza y me sorprendió ver al anciano que me había tocado antes. El dolor empeoró después de que me tocó.

¡Definitivamente!

Entrecerré los ojos.

Un anciano llamado Rosell, quien recibió mi aguda mirada, buscó una excusa.

–No sé, puede que la princesa sea más sensible a los campos de mana que una persona promedio, eso podría ser lo que lo provoco.

– ¿Es normal que no lo supiera?

–Si ha crecido en un ambiente donde tenga poca exposición al mana...

Rosell me miró. Inmediatamente gruñí. ¡¿Qué, qué?!

–Entonces, ¿por qué se recuperó de repente?

–No sé si eso es lo que creo... si miro a la princesa un poco más de cerca puedo saberlo, pero será difícil que pueda tocarla...

Rosell miró hacia abajo, preguntándose qué hacer. Quizás el viejo llamado Rosell era un mago.

Lo recordé todo de nuevo. En "Brisa solo quiere ser feliz", el mundo original era un mundo de fantasía emparejado con la magia y el poder de la naturaleza. Evorin tiene un mago muy raro y la tierra misma no era una tierra llena de mineral mágico en primer lugar, por eso no pude notarlo.

Podía oír al emperador suspirando en voz baja.

–... En fin. Sería bueno si no usáramos un Círculo Mágico de nuevo. Ya hemos pasado la frontera del país, así que nos moveremos a caballo desde aquí.

–Sí, Su Majestad.

–Oh, ¿no estás acostumbrada a montar caballo, verdad?

Su mirada fue dirigida hacia mí.

Sacudí la cabeza, retrasando el hipo que se avecinaba.

–Pero puedo hacerlo.

–Parecías bastante asustada para alguien que puede montar caballo.

–Bueno, es difícil hacerlo sola...

Entierro mi cara en el pañuelo y lo miro tímidamente. Siento como si fuera una carga.

Espera. ¿Por qué me debería importar si soy una carga o no para la persona que me secuestró?

El emperador respondió, como si fuera algo insignificante.

Técnicas de Seducción de un Algodón de AzúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora