1

2.3K 80 11
                                    


Prologo: Todo comienza con el rechazo de una propuesta

– ¡Padre!

Abrí los ojos ampliamente y los fijo en el hombre frente a mí, quien me miraba levantando las cejas. Un hermoso rostro que incluso podría bordear lo absurdo. Una idea vino a mi mente.

– ¿Padre?

–Ah.... –Y supe que tenía que encontrar otra palabra con cual llamarlo. ¡Esta boca mía! ¡Esta tonta boca mía!–. Ah, quería decir... ¡Su Majestad!

–....

Su Majestad, que de hecho parecía verse algo ofendido, no contesto. Supongo que el hecho de que una joven de posiblemente su edad lo llamara padre no le gusto. Rápidamente sonreí para calmarlo.

No importa cuánto intentara mantener su rostro molesto, sus ojos se elevaban cada vez que sonreía. Intenté verme bonita, pero se me estaba acalambrando el rostro por sonreír tanto.

– ¿Te casarías conmigo?

Cásate conmigo, y no con la malvada Sol Veland, ¿qué le parece?

Definitivamente lo sorprendí con eso. Y el joven emperador de Bellinger, con brillante cabello plateado y cálidos ojos rojos Edrian Bellinger, puso por primera vez una cara como si hubiera oído algo absurdo.

–Princesa

Entonces, mi nombre es Ylenni. Y acabo de proponerme a este hombre que se mantiene en guardia con sus altas paredes de hierro evitando que me acerque. De nuevo hice lo mejor que pude, sonriendo brillantemente mientras miraba a Edrian, él seguía algo sorprendido sin embargo.

–No te secuestré para casarme contigo.

–Lo sé.

–Entonces, ¿por qué?

Me asuste por un momento. Porque... bueno si te casas conmigo vivirás más y, como bonus, yo también sobreviviré. Sin embargo, era imposible para mí decirle eso. Rápidamente busque una buena excusa para salir de eso.

–Porque me enamoré de su Majestad, desde el primer momento que lo vi.

–Pero, yo no amo a la princesa.

Golpe directo.

–Y como sabes, tengo una prometida.

Dos golpes directos sin siquiera notarlo. Me sentí algo mareada. Sonreí más y más, ocultando mi expresión de molestia. Claro, algo difícil.

–Dijiste que ella no era tu prometida

–Bueno, entonces me corrijo, ¿tengo una persona que será mi prometida a futuro?

Mírate... sé que de seguro, estas mintiendo, ¡este hombre! Rápidamente contuve lo que quería decir y reí, sonriendo más y más brillante

–Si. Pero el futuro es impredecible. ¿Acaso su majestad, ama a la señorita Veland?

–No puedo decir eso...

– ¡Entonces, también tengo una oportunidad!

Edrian respondió con suavidad a mi clara pregunta con un desafío

– ¿Hay alguna razón por la que debería darte una oportunidad?

– ¿No te gusto? –dije confiada, pero me frustre con su expresión

Edrian se rio cruelmente. Sus ojos brillando, era un día donde iba darme con todo. Vamos de nuevo. No puedo darme por vencida respecto a esto.

–Bueno, no creo que sea correcto.

Técnicas de Seducción de un Algodón de AzúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora