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Thiago parecía asombrado, como si hubiera escuchado mi pensamiento

—Oh, dios mío ¿Qué hiciste para encontrarme primero?

— ¿Qué estás haciendo ahí?

— ¿Qué? —Me desconcerté y lo mire. Thiago sonrió e hizo un gesto.

—Esta es la escalera usada solo para rendir homenaje a Arus. Todos allá arriba están en el altar. Está prohibido entrar porque es el lugar donde camina el dios Arus

—...

¡Edrian Bellinger no me dijiste lo más importante! Baje las escalares otra vez, sintiendo mi cara calentarse. Casi piso el altar de dios.

Mientras bajaba las escaleras Thiago me llevo a un lado del edificio.

—Ven por aquí, el camino hacia el templo de los sacerdotes es por aquí

— ¡Oh sí!

Seguí a Thiago por un largo camino. Tenía un camino gracias a los almendros plantados en ambos lados. A la vuelta de la esquina vi un edificio del templo que estaba lejos. Vi a los sacerdotes vestidos con ropa blanca. Tenía la forma del edificio principal del templo de Shard.

Camine por el camino recto mientras hablaba con Thiago

— ¿Cómo sabias que estaba aquí?, ¿su majestad le informo?

— ¿Por qué lo preguntas?

—Aparentemente no te has cruzado con ninguno de nosotros en todo el día, ya deberías conocer el sentido de mis preguntas.

Thiago sonrió y explico.

—Su majestad no es un sacerdote, pero tiene la divinidad más fuerte y pura, por eso puede transmitir su voluntad por otros medios que solo palabras a aquellos como yo.

—Oh.

Solo entonces supe como Edrian llamaba a los caballeros. Ese murmullo no era lo mismo, parecían ser caballeros sagrados. Thiago preguntó gentilmente

— ¿Su cuerpo está bien princesa?

—Sí, estoy bien. —Asentí rápidamente

Mi condición actual era realmente buena. Había pasado mucho tiempo desde que Edrian no había estado allí, pero mi condición no estaba en mal estado. Justo después de dejar Evorin, parecía que mi condición se había desmejorado demasiado. La sensación de ser bastante complicada fue aumentando gradualmente.

—De todos modos es un templo, así que es mejor que cuando estas en el palacio imperial. No hay nada de que tener cuidado. Sin embargo, hay muchas áreas donde los extraños no pueden ingresar, y le agradeceríamos si tuviera esto en cuenta.

—Oh, sí estaré callada

Thiago Schmart fue uno de los que sabía cuánto no podía resistir a hablar. Ni siquiera intente llamarlo al palacio imperial desde que supe que era el próximo arzobispo del Barishad, cuando recordé eso me sentí muy avergonzada.

Le di una disculpa.

—Lamento seguir molestándote cuando estás ocupado, incluso hoy, todavía tengo mucho de que disculparme.

Bueno, si Thiago fuera Edrian, tendría mucho más que disculparme, porque no dejaría de molestarlo.

—Está bien. ¿Te divertiste?

Mire al apuesto sacerdote con ojos brillantes. Thiago estaba sonriendo y hablando.

—Dijeron que la princesa fue bautizada por el dios Arus. Luego te llevare a la plaza del creyente.

Técnicas de Seducción de un Algodón de AzúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora