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–Si no hubiera lastimado a la princesa, ¿su majestad habría reaccionado de manera tan sensible?

–...

Fue un comentario irónico. No tenía nada que decir. Una sensación de intensidad incomparable se hinchó hasta el fondo de mi garganta.

Sol Veland se echó a reír viéndolo.

–Su majestad, le conozco mejor de lo que pensaba. El tiempo que me quede viéndolo ya prendiendo de usted no es corto.

–...

–Me hubieras matado tan pronto como te dieras cuenta de que utilizaba magia negra. Si te comportaras como de costumbre.

No pude negarlo.

Edrian enderezó lentamente su cuerpo apoyado en la ventana. Ojos morados y ojos oscuros chocaron en el aire.

– ¿De qué estás asustado?– Preguntó Sol, susurrando.

Estaba bastante claro.

Edrian sintió que no podía proteger a Ylenni completamente con sus propias manos. A menos que realmente la encerrara cerca de él. Pero ella parece ser una persona que no puede estar encerrada en un solo lugar. Claramente recordaba haberla oído decir que estaba cansada de estar en su habitación.

No podría haberla encerrado, porque estaba atado a su presencia.

Habló con un tono de voz retorcido:

–Sí, como el amo del imperio, pensé que nunca debería temer a nada en mi vida.

«Pensé que nunca me sacudiría así.»

–Ahora puedo decirte que tengo miedo a lo que lo que puedes hacer sin ser vista.

Y no puedo ordenar que esta mujer malvada sea capturada en este momento. La torre pertenecía a la familia imperial de Bellinger, pero era un grupo influyente que con orgullo exigía autonomía. Si el verdadero poder del grupo es la magia negra, ¿Qué tan profundo es el poder de la Torre de Bellinger que nace de la oscuridad?

Era seguro decir que Bellinger podría haber sido poderoso y fuerte por los magos, los minerales de mana y la Torre mágica. El poder de influencia en este imperio era más poderoso que la divinidad a la que solo los elegidos podían tener.

Es por eso que no podía enviar a esta mujer a la cárcel en este momento. No podía convertir a los Magos de la Torre en pecadores en medio del caos de la situación externa.

– ¿Tienes alguna prueba de que soy un mago negro?

–Ah...–Edrian suspiró brevemente.

Era un raro sentimiento de impotencia para él. Sol sonrió y volvió a estirar la mano. Su mano con uñas rojas le acarició la barbilla ligeramente.

–Su Majestad no tiene pruebas. Solo tiene debilidades.

–...

–Soy yo quien gana de todos modos. Sabías sobre esto, ¿Verdad? Es realmente simple para mí llegar a esa hermosa persona. –Soltó una risa burlona–. Por supuesto, eso solo si me vuelvo una maga oscura realmente malvada.

No encontraba a la mujer que lo había engañado, incluso el falso amor que había proclamado no podía encontrarlo. Edrian apretó los dientes y gruñó.

– ¿Entonces qué quieres?

Ella parecía haber estado esperando esas palabras. Con una cara hermosa y una sonrisa tan espesa y peligrosa como antes. La hechicera oscura más poderosa, malvada y astuta de esta era susurró dulcemente.

Técnicas de Seducción de un Algodón de AzúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora