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No pude dormir esa noche tampoco.

No quise abrir mucho los ojos. De hecho, me pregunté si había dormido bien estas pocas noches. Como el día y la noche se invirtieron y el suelo era básicamente pesado, era natural que la fatiga se acumulara.

La última vez tuve una pesadilla y sufrí mucho, y me estiré sin tiempo para recuperarme.

–......

Finalmente me levanté en la cama. Después de todo no podía dormir en la noche.

Estaba oscuro en la habitación. Me quité mi manta y baje de la cama, me puse una chaqueta algo delgada con un mosaico y unas zapatillas de piel nuevas y esponjosas. No podía moverme por este piso como deseaba incluso si salía de la habitación, así que iba a ir a la terraza.

Una Eden cálida de primavera sopló suavemente cuando abrí la puerta de cristal.

–No hace frío...

Puse un pie en la terraza y agarre el borde de mi chaqueta de punto. La terraza de forma redonda sobresalía y el piso estaba cubierto de trozos de papel que arrugué y tiré por la tarde.

«No hubieras tenido tiempo de limpiar si no hubieras sacado a tus sirvientas después de que volvieras a tu habitación como si estuvieras huyendo.»

–...

Un largo suspiro salió. Realmente no me conviene preocuparme así sin cesar. Quité la silla del frente de la pequeña mesa y me senté frente a la barandilla de la terraza. La noche era muy escura, no había luna, la única iluminación eran las pequeñas luces que había en todas partes.

Por la noche, me estremecí.

"Ven conmigo, migaja."

–... Ah, de verdad.

Parpadeé con mis ojos adoloridos. Sacudí la cabeza y alejé los recuerdos que vinieron a mi mente. Este fue el problema. Los recuerdos de aquellos días vuelven por la noche. Pesadillas de la noche.

La pesadilla de Sol no volvió a molestarme. Así que no fue esa magia negra la que me molestaba por las noches después de lo ocurrido. Fue literalmente solo una pesadilla.

Estoy segura de que es porque mi cuerpo y mi corazón se sienten débiles. Sacudí mi cabeza tan fuerte como pude. Diciéndome a mí misma docenas de veces:

–Lo siento, lo siento...

–¿Princesa?

–¡Argh! –Y de repente, una voz se escuchó en el lugar–. ¡Qué, qué, qué!

Mi corazón latía muy rápidamente. Agarré mi pecho palpitante y volteé al lado hacia donde se escuchó la voz. Y ahí estaba.

–Ah

Incluso en la noche había un brillo plateado solitario en la terraza justo al lado de la terraza de mi habitación. Estaba apenada y abrí mis ojos con asombro.

–No vi nada...

–Que desperdicio.

Escuché una risa ridícula. Volteé a ver al hombre apoyado en la barandilla de la terraza. El cabello plateado se dispersaba suavemente y se balanceaba con la Eden de primavera. Sus ojos como imanes rojos que se ven casi negros en la oscuridad. Tenía una copa de vino en su mano.

Cada vez que Edrian giraba su mano ligeramente, el vino en el vaso burbujeaba.

Murmuré sin comprender.

–¿Su Majestad...?

–Debe haberse sorprendido de verme. –Dijo Edrian, relajando lentamente su expresión de sorpresa–. ¿Qué haces allí, no duermes de noche?

Técnicas de Seducción de un Algodón de AzúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora