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Sonreí al extender mi mano.

—Entonces estrechemos las manos, compañero.

—¿...?

Thiago parecía estar perplejo, pero tomo mi mano a pesar de todo.

Desde este momento la imagen de Thiago en mi cabeza se ha transformado en un Eros que dispara directo a los corazones con sus flechas divinas.

¡Un león del amor! ¡El mensajero del amor!

Me recosté en el sofá sin dejar de sonreír contenta ¡Así es como se consiguen aliados!, Thiago se encogió de hombros sonriendo como si no tuviera más opción.

—Aunque en realidad princesa, no es como si usted necesitara mi ayuda.

— ¿Eso cree?

—Eso creo. Su Majestad actúa de forma especial cuando se trata de usted.

—¿...?

Grité hacia mis adentros emocionada, eso era algo que me habían dicho anteriormente. Esta vez no eran rumores sino una fuente confiable, aun así logre pensar en un motivo para la actitud del emperador.

—Bueno, es verdad que soy un rehén del imperio...Pero sigo siendo una princesa, parte de la familia real de otro país.

Thiago sacudido la cabeza ante mi razonamiento.

—No, incluso aunque es verdad ese no parece ser el motivo.

—¿...?

Incline mi cabeza otra vez, ¿Hubo alguna ocasión en la que indiscutiblemente Edrian Bellinger tuviera trato especial hacia mí?

Pensé en las caricias normales de aquel hombre, y sus hábitos diarios. Bueno, claramente era un hombre complicado, la apariencia externa no lo era todo.

Fruncí el ceño ligeramente, ¿Cómo terminaría esto? Él siempre era un muro de hierro que destaca a por ser impenetrable.

—Realmente no creo que haya otro motivo—dije. Thiago se rio significativamente de mis palabras.

— Bueno, el emperador es cuidadoso con todas las personas y pone firmes murallas a su alrededor. Se lo había dicho antes.

—Si... Eso lo he notado.

Me reí vagamente. Ya me había golpeado de lleno con el muro que representaba Edrian un par de veces.

Thiago hablo con calma.

—Como monarca es la clase de persona que todos adoran, pero tiene pocas personas cuando de su círculo íntimo se trata. He estado a su servicio diez años y ha mantenido distancia con cualquier tipo de relaciones, por lo que termine por acostumbrarme.

— ¡Oh! ¿Eso es verdad?

Oh dios mío. Él no ha visto a nadie durante diez años. Mi boca se abrió por la sorpresa, era natural que pareciera una fortaleza difícil de conquistar.

—Su Majestad es el único miembro de la realeza por lo que ha estado atado a muchas cosas por largo tiempo. Se ha acostumbrado a ellas por lo que siempre tiene esa apariencia tranquila y generosa.

—Sí, lo comprendo.

De alguna manera lo sabía ya. Edrian Bellinger siempre había sido la clase de hombre que permanece amigable y calmado aun cuando estaba agotado.

Thiago sonrió antes de decir:

—Por lo tanto el emperador necesita a alguien como la princesa. Su propio Sarán, con la que no tenga que mantener apariencias o estar alerta.

Técnicas de Seducción de un Algodón de AzúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora