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Como si notara mi mirada perspicaz, la voz respondió suavemente.

[Te asustará saber quién soy.]

¡Oh, Dios mío!

Abrí mi boca. La respuesta era obvia si me iba a asustar.

¡De ninguna manera, los espíritus que controla Sol...! La sensación de aquellas manos frías aferrándose a mis articulaciones revivió rápidamente.

¿O es un espíritu que falleció injustamente y ha venido al templo...?

Di un paso atrás.

Cuando estaba nerviosa o avergonzada, tenía el hábito de decir tonterías sin parar.

—Uh..., espíritu mandón que busca salvación en el templo, ¿quién eres? ¿Eres uno de los espíritus que controla Sol Veland...? -

[¿Qué? ¿Quién es esa?]

—O.... ¡¿eres un espíritu que murió injustamente?!

[¿Qué quieres decir con "injustamente"?]

—Oh, ¡desaparece espíritu, vete ahora~...!

[Sí. No tengo nada más que decir.]

¡¿Enserio?!

—Auch. —Inmediatamente una fuerza intangible golpeó mi cabeza—. ¿Por qué haces eso...? Es incómodo...

Me golpeó de nuevo.

Oh, no puede ser cierto. He sido llevada desde el templo hacia el infierno.

Por un lado, sin embargo, una duda cruzó por mi cabeza. Mi cuerpo se sentía raro.

Era como si cada célula de mi cuerpo fuera repentinamente energizada, a diferencia de mi razón, mi cuerpo se volvió más fresco y ligero.

[Eres una niña cuya presencia no está permitida en esta tierra. No será divertido si sigues actuando de esta forma ante mí.]

¿Por qué ese comentario amenazante de nuevo?

Estoy cada vez más desconcertada. Mi cuerpo sería aplastado si entrase en contacto con la magia de Sol que controla los espíritus o esa sería mi reacción con solo un poco de magia.

Agarré las piernas de la estatua del lobo como un salvavidas y miré inquieta a mí alrededor. A pesar de que no me dolió realmente, esa sensación de ser golpeada de la nada no era para nada normal.

[Si me abrazas con tanta fuerza, me avergonzaré.]

—¡...!

Me alejé la estatua del lobo con prisa. Por lo que tropecé después de haber perdido el balance. Sin embargo, sentí que me sostenía una energía. Era la misma fuerza intangible que me golpeó la cabeza hace unos momentos. Pude percibir un refrescante aroma.

[Eres una niña muy descuidada. Que linda.]

—Uh...

Parpadeé avergonzada. Mi cuerpo envuelto en energía intangible se encontraba flotando por los aires. Mi sentido común no podía entender la causa de este fenómeno irreal.

[Ah. Bueno.]

Grité al escuchar nuevamente la voz. Era tan frustrante no poder sacarla de mi cabeza.

[Tengo que irme ahora.]

— ¿Sí-Sí?

[Y tú tienes que ir a escuchar la oración. He sido bueno y generoso ya que lo harás.]

¿Escuchar qué? ¿Oración? No pude comprender esas palabras tan rápido y mis ojos se ampliaron. Entonces aquella voz tan dulce y amigable se despidió de mí.

Técnicas de Seducción de un Algodón de AzúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora