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–¿El lado de Azekien está bien?

–Sí. Me han notificado que revisaron el estado del Palacio Imperial, y me han informado que van a ajustar la tarifa por el caso.

–Oh.

–Después de todo, escuches donde escuches es algo que no deberías decirlo en primer lugar.

–Su Majestad. No tiene que pensar de esa manera.

–No tendrían como aumentar la tarifa, y no tendrán ningún impuesto sobre la torre de inmediato. El presupuesto está dirigido a restaurar el Palacio Imperial. Lo sabe.

Era un tono que parecía escupir como sensible e imparable. No me gustó.

Uhm.

Además, más dulce es mejor. Traté de abrir los ojos y darle fuerza directamente, pero mis párpados todavía no se abrían. Sentí que estaba un poco despierta ahora, pero no me moví, era como si mi cuerpo se hubiera endurecido.

No me gustaba.

Oh, ¿no es momento de moverme todavía? Entonces debo quedarme quieta.

Cuando me desperté y pensé en ello, sacudí mis acolchadas palabras y plegué mis esfuerzos para despertarme.

Huh... Soy un paciente.

El paciente puede necesitar un poco más de descanso. Y después de ese pensamiento y un grueso esfuerzo regresé. Mis pensamientos se detuvieron allí.

Y me desperté de nuevo porque no pasó mucho tiempo antes de quedarme dormida. Pero algo estaba llorando como un fantasma al lado de la cama.

–Uhh, uhh, uhh, oww...

–Yeni.... –Era el sonido de una voz fantasmal y una persona llorando.

Al final, mi cuerpo respondió al sonido de una voz nerviosa.

¡Rayos!

–Eh, eh, recuerdos... –El sonido de la canción se detuvo como si fuera golpeado por un brazo.

Pero incluso por un momento, un sonido de un fuerte grito me atravesó el tímpano.

– ¡Sí, Ylenni! –Esta era la voz de Sergio.

Era Sergio. Ah, tu hermana está aquí enferma y no la dejas descansar, ¿eh?

– ¿Estás despierta, Ylenni? –Pero Sergio no leyó mi corazón e ignoró todo lo que pedía, así que no sucedió.

Finalmente levanté los párpados que los sentí pesados. La cara de mi querida amiga estaba nublando toda mi visión. Ojos verdes me miraron llorosos, ese era Sergio.

Sus ojos saltones que derramaban lágrimas eran un poco divertidos y un poco tristes...

– ¡Estoy viendo bien, ¿cierto?! ¡Sí, Ylenni di algo!

Otra vez fue demasiado ruidoso. Sergio era muy ruidoso. Fruncí el ceño y abrí mi boca.

–Algo...

–Wow. Realmente se despertó. ¡Pensé que ibas a morir!

–Un poco, por favor, cállate... ruidoso

Mi voz era ronca y me dolió como si hubieran roto mi garganta. Lloré. Algo profundo en mi cuello apareció en mi lengua.

–Ugh... –el vómito fue abrumador.

Algo así como un gran bulto me obligó a ensanchar mi garganta. Hmm...

Giré la cabeza y la escupí.

Técnicas de Seducción de un Algodón de AzúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora