Caterina no deja de caminar de un lado a otro en el comedor, mordiéndose nerviosa las uñas. Abdel juega mientras tanto con su tisbah, haciendo un sonido que me resulta relajante en otros momentos, pero que no funciona hoy, la portuguesa está logrando contagiarme sus nervios a pesar de la calma que suelo tener siempre en estas situaciones.
Hace ya tres horas que Francesco, Bertrán y Salazar salieron de la casona en busca de ese viejo millonario. Es el día. O mejor dicho, la noche. Han ido a buscarlo al club donde una o dos veces en semana pasa la noche acompañado de chicas mucho más jóvenes que él. No va a ser fácil sacarle de allí sin que resulte sospechoso y sin que su escolta personal lo vea, pero confiamos en nuestros compañeros, y sobre todo en el jefe.
Bastián, por su parte, está terminando de preparar la habitación libre donde permanecerá nuestro nuevo huésped encerrado. La idea no me gusta en absoluto y se lo hice saber a Francesco. No creo buena idea tener bajo nuestro techo, nuestra guarida de ladrones, a un millonario que no tardarán ni 24 horas en empezar a buscar por todo el país. Creo que lo mejor hubiera sido alquilar algún trastero con nombre falso para dejarlo allí retenido el tiempo que dure la negociación. Pero él no lo ha creído conveniente, prefiere tenerlo cerca y evitar que alguien le encuentre y deje libre.
Tanto si se queda aquí, como si se quedara en otro lado, nos traería los mismos problemas si consigue escapar o le liberan, así que espero que la suerte, una vez más, esté de nuestra parte.
Francesco tratará de usar el diálogo con él en todo momento para evitar hacerle daño. En el fondo es un buenazo. Pero si el viejo no da su brazo a torcer, Bertrán y yo entraremos en acción.
La idea es que no esté aquí más de una semana, porque entonces sí supondría un peligro para nosotros. La portuguesa tiene la cuenta online abierta desde hace unas horas, lista para recibir la gran suma de dinero que Francesco piensa pedir por su propia liberación, ya que no nos pondremos en contacto con su familia en ningún momento para pedir rescate alguno. Finalmente, serán Bastián y Salazar los que lo dejarán en el parque al lado de su casa si la transferencia se efectúa correctamente. Todo en una semana, ese es el objetivo.
Miro la hora en el reloj de Abdel, son las dos y media de la madrugada y Caterina decide sentarse cansada de dar vueltas. Bastián baja y se reúne con nosotros, tomando asiento junto a Abdel y mirando, como yo antes, la hora en su reloj comprado hace unos años en el zoco de Marrakech. Verlo me recuerda que ha prometido llevarme un día a Marruecos.
—Están tardando muito —dice preocupada.
—Están tardando lo normal —contesta Bastián tratando de tranquilizarla, pero con el tono que ha usado no parece que él está más tranquilo que Caterina.
El plan puede fallar. La chica del club puede no conseguir distraer lo suficiente al escolta y los nuestros ser vistos mientras tratan de secuestrar a Mariano Rodríguez Casanova. O puede que el viejo no sea tan tonto como para dejarse emborrachar y marcharse con unos desconocidos. O puede que salga bien, pero necesitan su tiempo y paciencia para no cometer errores.
Ya de por sí se van a arriesgar mucho yendo a cara descubierta a ese local. Dos extranjeros, y sobre todo Bertrán por su físico, no van a pasar desapercibidos, pero si ese viejo va un día entre semana es porque precisamente son pocos los clientes los que van, así que contamos con esa baza a nuestro favor.
De repente, unas luces iluminan la oscura estancia que habíamos decidido dejar en la casona, para mostrar de cara al exterior que todos estamos durmiendo, aunque no es al realidad. Todos nos ponemos en pie como un resorte. Caterina se lleva otra vez los dedos a la boca y se muerde las uñas con más ímpetu que antes. Abdel se asoma a la ventana y nos avisa de que es el furgón, y Bastián corre a abrir la puerta y recibir a nuestros compañeros.
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La Ajedrecista
قصص عامةJulia es una joven de buena familia, con un padre adinerado que le da la mejor educación a nivel académico. Sin embargo, la educación emocional brilla por su ausencia. En base a esto, la personalidad de Julia se va formando con una clara tendencia a...