CAPÍTULO 47. LAUREL

2.7K 464 338
                                    


El Líder Jiang todavía se sentía aturdido cuando escuchó la voz de su hermana y un par de murmullos. No había tiempo para conversar más con Lan Xichen, de hecho, ni siquiera sabía cómo responder, qué decir. Y era muy probable que el silencio tuviera con el alma en un hilo al Líder Lan que solo compuso su postura cuando vio que Jian Yanli regresaba, pero no sola, sino en compañía de Wei Wuxian y Lan Wangji.

Lo hecho por ella había salido totalmente de los cánones de tan importante ceremonia, y siendo que justamente Jian Yanli era quien más gustaba de observar cualquier tipo de regla, fue excepcionalmente sorprendente ver esa nueva actitud en la que no permitiría injusticias. Tal parecía que todo lo vivido en Muelle de Loto había despertado en ella un nuevo brío para dejarse oír y defender lo que ella consideraba justo pero siempre con educación y buenos argumentos. No hacía falta gritar o amenazar, su sola presencia y palabras contundentes denotaban el respeto que deseaba le tuvieran.

Cuando salió del salón fue directo a buscar a su esposo que al verla con ese semblante serio supo que algo la había molestado y seguramente era algo importante. Se disculpó con el Líder Nie y fue a su encuentro. Ella le explicó lo que Zewu-jun le había dicho y le pedía revocara la orden para que su hermano pudiera entrar. Por supuesto que no hizo falta que lo pidiera dos veces, de inmediato le ofreció el brazo para juntos caminar hasta la entrada y personalmente dar la orden de que los dejaran pasar, pues eran importantes invitados. Incluso se disculpó con el segundo maestro Lan y con su cuñado por aquel mal rato.

Jin Zixuan sabía bien que no era necesario darle explicaciones a los centinelas de la puerta, solo hacía falta dar la orden, tampoco tenía que disculparse, pero quería tener ese gesto con su amada esposa y con Wei Wuxian para que ambos supieran que nada tuvo que ver con aquella disposición y que además no estaba de acuerdo con ella. Wei Wuxian estaba bastante sorprendido de aquella actitud, pero agradeció que se tomaran esa consideración.

La intención de Jiang Yanli era no solo darle la entrada a su hermano, sino también que los invitados se dieran cuenta que, como miembro de su familia, no iba a permitir que pisotearan a Wei Wuxian, por eso decidió volver al salón donde estaba el bebé pasando por en medio de todos los que esperaban conocer al pequeño Jin Rulan. Ella, con la cabeza en alto, tomada del brazo de su esposo, pasó seguida de Wei Wuxian y Lan Wangji. Precisamente los murmullos provocados por tal acción fueron los que Jiang Cheng y Lan Xichen habían escuchado.

—Lo siento mucho —hizo una reverencia a su esposo—. No podía permitir tal atropello, pero sé que interrumpir así la ceremonia fue inapropiado.

Jin Zixuan tomó su mentón y sonrió discretamente mientras negaba. —Quien debe disculparse es mi padre. Yo hablaré con él. Continuemos como si esto no hubiera ocurrido. Con permiso —hizo una reverencia para salir no sin antes darle un tierno beso a su esposa en la frente.

Un par de años atrás, nadie habría creído que el heredero Jin se tomaría la molestia de prácticamente defender a Wei Wuxian y saltarse un par de protocolos solo para complacer los deseos de Jiang Yanli. Nadie lo dijo, pero todos los presentes pensaban lo mismo: el amor había cambiado a Jin Zixuan.

—Perdonen por dejarlos así. —Jiang Yanli volvió a su asiento donde Jiang Cheng le pasó al pequeño Jin Ling para que siguiera durmiendo entre sus brazos—. ¿Todo bien? —No lo preguntaba por su hijo, sino porque notaba cierta tensión en el aire, pero no percibía enojo o incomodidad, era algo diferente.

—Sí, todo bien —asintió Jiang Cheng, seguido de Lan Xichen.

—De acuerdo... A-Xian, ven a conocer a tu sobrino. Usted también acérquese Hanguang-jun.

UNA COLINA PÚRPURA TOCANDO EL CIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora