CAPÍTULO 56. BALSAMINA

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La primera en regresar a su hogar fue Jiang Yanli con su esposo e hijo. Por más que ella quisiera permanecer en Muelle de Loto tenía obligaciones como esposa del heredero de Lanling Jin. Seguía preocupándole dejar a su hermano menor pero él insistió en que estaría bien y se cuidaría mucho más para no volver a pasar por una situación como la de semanas antes.

Por su parte, Wei Wuxian y los hermanos Lan se quedarían por un par de días más. Jiang Cheng se iba sintiendo mejor, ya podía salir del Mengjing y dar caminatas pero no muy extensas, aunque él insistía en hacerlas prolongadas porque estaba ansioso por volver a hacerse cargo de la secta en todo sentido. Por supuesto, en una de sus primeras salidas quiso ir hasta donde sus cachorros, sintiéndose satisfecho de ver que los habían cuidado bien.

Cuando los perros lo vieron aproximarse comenzaron a ladrar de inmediato y a dar saltitos emocionados. Lan Xichen sonrió al verlos y, como servía de soporte al Líder Jiang, pudo aprovechar para apretar su mano.

—Te extrañaban mucho, al parecer.

—Yo a ellos —susurró mientras abría la pequeña puerta para poder entrar—. De verdad crecieron mucho en estas semanas, de cachorros ya tienen muy poco.

Se agachó despacio para poder acariciarlos, pero no pudo evitar sentir cierto dolor que le hizo quejarse.

—Te estás extralimitando, Wanyin. —Le ayudó a ponerse de pie—. Creo que agacharse por el momento no es una buena idea.

—Si no comienzo a moverme, tardaré mucho más en estar recuperado totalmente y no me puedo dar el lujo de pasar más semanas en cama.

—Estoy de acuerdo —comenzó a caminar en dirección al árbol que estaba en el centro, seguidos por los cachorros—. Pero también es cierto que si no eres prudente puedes recaer, entonces la recuperación se prolongará mucho más y aunque no quieras tendrás que regresar a la cama a descansar.

—No sabes cuánto odio que tengas razón.

Lan Xichen ayudó a Jiang Cheng a que se sentará sobre el pasto, luego él mismo se sentó a su lado. Los cachorros vieron esto como una excelente oportunidad para acercarse a los líderes y dejarse mimar, pero pronto dos de ellos comenzaron a jugar alrededor del árbol, así que solo uno recibía las atenciones.

—Qiwang siempre ha sido más apegado a mí —comentó Jiang Cheng mientras acariciaba el suave lomo del cachorro—. Los otros dos se la pasan persiguiéndose por todos lados, se molestan el uno al otro, a veces pelean y luego vuelven a acurrucarse como si nada —sonrió—. Me recuerda a mi relación con Wei Wuxian.

Los dos rieron discretamente. El Líder Jiang continuaba mimando al cachorro cuando sintió que la mano de Lan Xichen se le unía. Evidentemente, acariciar a Qiwang solo era un pretexto para rozar la mano de su amado. Jiang Cheng lo vio discretamente y luego rodó los ojos.

—Van a vernos.

—No lo creo —contestó sonriente.

—Estás demasiado seguro. ¿Qué hiciste? Te conozco, Lan Xichen, sé que algo planeaste para que digas tan seguro que nadie nos verá. Tiene que ver con Wei Wuxian, ¿cierto?

Recargando la cabeza sobre el hombro de Jiang Cheng, Lan Xichen sonrió al ser tan transparente para él. No solo le parecía gracioso sino que también le emocionaba que así fuera pues nadie además de su familia lo conocía tan bien, pero con Jiang Cheng se atrevía a ser incluso más sincero. Siguió acariciando la mano del Líder Jiang pero este ya estaba más curioso.

—¿Vas a decirme que hiciste?

—Nada del otro mundo. A-Xian ordenó que nadie nos molestara durante las caminatas, porque seguramente estaríamos tratando temas delicados sobre el mundo de la cultivación los cuales no pueden ser escuchados por todos ya que muchos de ellos son de carácter confidencial. Pero yo no se lo pedí, él lo sugirió...

UNA COLINA PÚRPURA TOCANDO EL CIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora