Caminó por un sendero que solo los habitantes de Yunmeng conocían. Decidió no montar en su espada porque de esa manera podía ser visto con más facilidad, así que el trayecto sería a pie en su mayoría. Sumido en sus pensamientos y preocupaciones, Jiang Cheng continuó hasta que debió analizar el camino a elegir. Si tomaba la decisión equivocada podría encontrarse con los Wen y ser apresado o algo peor; o tal vez la vía elegida lo alejaría de encontrar pistas para dar con Lan Xichen. No había un panorama claro y eso era desesperante. Se tomó un momento para pensar con claridad.
Sabía que el primer maestro Lan tenía buena relación con el líder de la secta Qinghe Nie, por lo que era probable que buscara refugio ahí, pero también era riesgoso al estar tan cercano a Qishan Wen. Quizá el plan de Zewu-jun era precisamente estar cerca del enemigo, ellos no esperarían esa jugada pues los Wen no eran tan astutos como creían. Ir en esa dirección le parecía la opción más viable, así que sin dudar avanzó, pero evitó el camino más común. Tenía que ser muy cuidadoso.
Luego de una larga caminata que duró poco más de un día, llegó hasta un pequeño poblado donde pudo apreciar que la mayoría se dedicaban al comercio, pues por las calles y callejones habían varios vendedores con diferentes frutos y verduras o artefactos varios. Tenía algo de hambre, por lo que se detuvo con un anciano que ofrecía duraznos y manzanas, tal vez podría recoger alguna información.
—Buenas tardes. Deme uno de cada uno, por favor —sacó un par de monedas—. Disculpe, señor. ¿Qué hay de nuevo en los alrededores? Acabo de regresar de un viaje largo y me gustaría saber qué tanto me he perdido.
—Mmmm... ¿Hace cuánto está fuera, joven amo? —El anciano le sonrió, pasándole los frutos que le había pedido.
—Poco más de seis meses. Así que supongo que han ocurrido muchas cosas en todo ese tiempo. —Dio una buena mordida a la manzana, mientras tomaba asiento junto al pequeño puesto, dándole la espalda a la gente que andaba por ahí.
—Lo de siempre, ha decir verdad. Bandidos por aquí y por allá. —Acomodó su sombrero de paja—. Aunque este último mes ha habido mucho movimiento en Qishan, han salido muchos cultivadores de ahí. La gente dice que quieren hacerse de adeptos de todos los sitios posibles para tener más poderío.
—¿En serio? —Tomó algo de agua—. Si ya se han puesto en marcha tantos cultivadores, como usted dice, eso quiere decir que tienen un plan muy concreto. ¿Atacar a las demás sectas tal vez? De lo contrario, ¿por qué reclutar a más cultivadores?
El anciano asintió, a punto de hablar, un joven muy parecido al anciano se aproximó. El chico no parecía sobrepasar los trece años, pero se notaba era fuerte pues venía cargando dos botes rebosantes de zanahorias, mismos que dejó al lado del puesto. —Abuelo, he traído lo que pediste. —Se anunció mientras acomodaba lo recién traído sobre la mesa—. Buenas tardes, joven amo —saludó a Jiang Cheng y este devolvió el saludo con una reverencia.
—Has llegado a tiempo, A-Ming. Le platicaba al joven amo sobre todo lo que se dice que ocurre en Qishan.
—Ah ya. —Se secó el sudor con la manga justo antes de sentarse al lado de su abuelo—. Son personas de cuidado, joven amo. No querrá toparse con ellos. Escuché hace unos días que han atacado a los cultivadores de Gusu Lan.
Jiang Cheng escuchó atento, intentando no parecer demasiado preocupado.
—Los rumores dicen que los Wen han quemado todo en Gusu Lan, y nadie ha sobrevivido —continuó A-Ming—. Pero no lo creo, porque ayer fui a entregar manzanas a la posada de la siguiente calle y unos guardias de los Wen comentaban que buscaban a alguien importante de los Lan.
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UNA COLINA PÚRPURA TOCANDO EL CIELO
FanficEsta historia se encuentra publicada gratuitamente en Wattpad. Si lo encuentras en otro lado es un plagio. Mientras Jiang Cheng lucha por estar a la altura como futuro líder de la secta Yunmeng Jiang, la compañía gentil así como los sabios consejos...