CAPÍTULO 83. VALERIANA AZUL

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El ambiente en el Reino Impuro se sentía realmente denso, era notorio para todos que Nie Mingjue no estaba en su mejor momento. Durante los entrenamientos era más estricto, hablaba poco o nada con los demás, salvo con su hermano menor, que muy al contrario del Líder Nie se mostraba muy calmado.

La noticia de que uno de los médicos de la secta había sido encarcelado, y posteriormente sería castigado, se corrió como la pólvora, aunque claro, no tan descaradamente para evitar despertar la ira de Nie Mingjue. Las razones no estaban claras, pero pronto comenzaron a sacar conjeturas: algunos decían que tenía que ver con la desaparición de Meng Yao, pero no podían encontrar la relación, otros se imaginaban que el doctor se había atrevido a intentar hacer una jugada contra Nie Mingjue, unos pocos, aquellos que habían conocido mejor al hombre, aseguraban que todo tenía que ver con la ambición que siempre le caracterizó, para ellos estaba claro que el médico se había pasado de listo, y por fin fue sorprendido en el acto. Cualquiera que fuera la razón, todos estaban seguros que el destino del pobre médico no era para nada prometedor.

Por lo pronto, su único cometido era cumplir cada orden impuesta por su líder para no provocarlo porque estaban seguros de que estaba sediento de sangre, o al menos de imponer un severo castigo a quien él considerara como merecedor de uno. Lo mejor era andar con sumo cuidado y esperar que su humor mejorara con el paso de los días.

A Nie Huaisang no le eran desconocidas las habladurías en todo el Reino Impuro, se divertía escuchando una y otra conjetura que sacaban, a veces acercándose peligrosamente a la realidad, pero sabía que nadie lograría saberlo, quizá confirmarían algo cuando Meng Yao llegara –eso si el plan que tenían sus amigos daba resultado–. Esperaba que fuera así porque sabía, sin temor a equivocarse, que Meng Yao podría llegar a ser extremadamente peligroso. Todavía tenía la impresión de que ocultaba algo más, que no solo los líderes de Yunmeng y Gusu estaban en riesgo, sino todo aquel que significara un estorbo u obstáculo para sus planes, lo cual los ponía a ellos muy cerca de una mente desequilibrada y volátil.

Mientras pintaba su abanico en uno de los jardínes, pensaba en todo esto, pero su atención se dispersó cuando vio llegar a un discípulo de Yunmeng Jiang. Tuvo una corazonada, quería saber el asunto que iba a tratar con su hermano, pero no podía invitarse a una reunión solo porque sí, tendría que esperar a reunirse con él para preguntarle. Volvió a pintar, pero con cada pincelada tan solo podía concentrarse en aquel cultivador, era obvio que traía noticias de Jiang Cheng. Intentó seguir con su tarea, pero era imposible.

Al ver que el discípulo salía del Reino Impuro, guardó todos los materiales con rapidez para acercarse al salón donde Mingjue recibía a los emisarios de fuera. Estaba a punto de llegar cuando un sirviente le llamó para que se reuniera con Nie Mingjue. Le entregó sus cosas al hombre antes de ir donde lo esperaban, no era bueno presentarse ante su hermano con herramientas de pintura.

—Con permiso. Me dijeron que me necesitabas —saludó con una reverencia.

—Pasa Huaisang. Necesitas escuchar el mensaje que el Líder Jiang nos ha enviado —le mostró una hoja enrollada, tomó aire para tranquilizarse y poder comenzar a leer.

Estimado Chifeng-zun:

Me complace informarle que sabemos la ubicación exacta de nuestro amigo, tal como se lo informé en el primer mensaje. No fue una tarea fácil, ya que teníamos que ser prudentes y tomar con reserva todos los datos que hemos recolectado, después de todo sabemos que nuestro amigo no quiere ser encontrado hasta que él mismo decida que es tiempo.

Para mí es bastante penoso no solo tener que comunicarle su ubicación, sino también hacerle de su conocimiento los supuestos planes que él tenía pero que no pudo llevar a cabo. Le pido que se tome con reservas lo que escribiré, pero de todos modos me pareció importante que lo sepa. Según mi informante, nuestro amigo tenía la intención de provocarlo para ocasionarle un mal mayor. Al parecer, él ya estaba llegando a un punto donde la antipatía hacia usted iba creciendo desmedidamente.

UNA COLINA PÚRPURA TOCANDO EL CIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora