CAPÍTULO 36. LISIANTHUS

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Estando más seguros de que su amor era correspondido, el beso que ahora se obsequiaron era mucho más dedicado que el anterior. Ambos con plena conciencia lograban disfrutar de ese calor que emanaba de sus corazones y llegaba hasta sus labios, provocando así que la caricia se sintiera con más entrega. Lan Xichen parecía flotar al sentir los brazos de Jiang Cheng aferrarse a su espalda; esto le dio pie para intentar algo más. Con algo de torpeza logró que el Líder Jiang abriera un poco más la boca y así se atrevió a introducir su lengua muy despacio, dándose la oportunidad de lograr una caricia más profunda.

Jiang Cheng se sorprendió ante la intromisión, pero de igual manera fue al encuentro de la lengua contraria. El húmedo eco de ese beso les llegó a los oídos haciendo que un suave rubor tiñera sus mejillas. El delicado baile que hacían sus labios al besarse era sensual y apasionado sin llegar a ser voraz. Fue la necesidad de un respiro la que provocó que se detuvieran, pero para Lan Xichen no era suficiente, por lo que fue dejando cortos besos en los labios de su amado. El Líder Jiang que era ligeramente más bajo en estatura, pudo esconder su rostro entre el cuello de Zewu-jun. Solo necesitaba procesar lo que acababa de suceder, no es que se estuviera escondiendo o arrepintiendo de haberse atrevido a confesarse, sino que era demasiada emoción que le embargaba en ese momento.

Cerró los ojos y sonrió, apretando el agarre en la espalda de Lan Xichen, era preciso comprobar que no estaba soñando, que quien lo sostenía con tanto cuidado era real. En esta ocasión los dos podrían permanecer unidos de esa manera por más tiempo. Su corazón saltó de emoción al percibir la grácil mano del Líder Lan pasearse a lo largo de su espalda hasta llegar a la nuca; sus dedos finos acariciaron con sutileza, provocándole un escalofrío y un suspiro audible.

—¿Es agradable? —la voz de Lan Xichen se escuchaba aterciopelada, hipnotizante.

—Lo es... —volvió a suspirar.

—Jiang Wanyin... te quiero tanto —susurró recargando la cabeza sobre la del Líder Jiang. ¿Sería demasiado osado de su parte considerarlo como suyo de una vez? Lo mejor era ser paciente y no apresurar las cosas. No podía dar ningún paso en falso porque conocía la fragilidad de Jiang Cheng y cómo se dejaba dominar por sus inseguridades.

Por supuesto no recibió respuesta en palabras, en cambio Jiang Cheng frotó su mejilla contra el hombro del maestro Lan, dándole la apariencia de un pequeño gato buscando afecto. Para asegurarle que había entendido lo que deseaba comunicarle, Lan Xichen besó su cabeza.

—Creo que es mejor que regresemos. Nos estamos arriesgando mucho a ser vistos —dijo Jiang Cheng, abandonado ese lugar seguro entre los brazos del Líder Lan.

—Es un sitio con muchos árboles y poca luz.

—Sí, pero así como pudimos ver a Hanguang-jun y Wei Wuxian, alguien más también puede vernos. No es conveniente.

Considerando que tenía razón, a regañadientes se alejó de él, no sin antes darle un beso fugaz en los labios. Jiang Cheng sorprendido por el gesto, frunció el ceño y Zidian destelló ligeramente.

Lan Xichen intentó no reír, siéndole imposible. —¿Te molestaste por el beso?

—Me tomaste por sorpresa, tonto. ¿Cómo no quieres que reaccione? —le empujó ligeramente—. Déjate de boberías. De todos modos, yo necesito volver a Muelle de Loto lo más pronto posible —dijo a la par que caminaba.

—Gusu está más cerca que Muelle de Loto —se apresuró a darle alcance, tomando su mano—. Ven conmigo. Siempre eres bien recibido en el Receso de las Nubes. Anda, solo es una noche.

Él tenía razón, el viaje de regreso a Muelle de Loto significaba más tiempo y de noche era riesgoso, en cambio ir a Gusu era relativamente menos peligroso al estar relativamente más cerca. No desconfiaba de las motivaciones de Lan Xichen, de todos modos se ponía nervioso siempre que la ocasión suponía estar a solas.

UNA COLINA PÚRPURA TOCANDO EL CIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora