UNA COLINA PÚRPURA TOCANDO EL CIELO

CAPÍTULO 16. BROTE DE ROSA.

Estaba muy enojado. No, esa no era la palabra correcta, estaba decepcionado y triste de comprobar que aquellas palabras que su madre había dicho semanas atrás eran verdad. Necesitaba entender a su padre, comprender a qué se debía su afecto desmedido por Wei Wuxian y la causa de sus exigencias y falta de confianza hacia él. Por más que intentaba hacer memoria de algo que hubiera desilusionado a su padre, no podía hallar un acontecimiento concreto, porque cualquier recuerdo que rememorara de su padre siempre había un regaño, una llamada de atención, un gesto de desapruebo, pero no a Wei Wuxian. No, él era virtuoso.

Y lo reconocía, era un chico muy inteligente y astuto. Evidentemente eran diferentes, pero cuando se comparaba con él, se sentía tan pequeño, insignificante. De verdad creía que jamás sería tan bueno como él y que secretamente su padre deseaba pasar el liderazgo de la secta a su hijo adoptivo -aunque su madre jamás lo permitiría-.

—Jiang Cheng, Jiang Cheng... —Wei Wuxian al fin lo había encontrado y en su rostro podía verse preocupación—. Jiang Cheng, no es verdad eso que piensas.

—¿Y tú cómo sabes? ¿Acaso no lo escuchaste? Explícame tú la diferencia entre lo que tú hiciste y lo que yo hice por Zewu-jun. Yo no encuentro ninguna.

El recién llegado se acomodó el hanfu para sentarse junto a su hermano. —De hecho, yo creo que sí es diferente —sin dejar que Jiang Cheng reclamara por una explicación, siguió hablando—. Desde mi punto de vista, lo que tú hiciste tiene más mérito y es mucho más admirable. Yo ya estaba con Lan Zhan, sabía en qué estado se encontraba él y las posibilidades para poder ayudarlo. Me quedé en la cueva y me enfrenté junto a él a ese monstruo. Honestamente fue aterrador, pero tenía la certeza de que yo encontraría la manera de salir de ahí o bien que tú llegarías con toda la ayuda necesaria, porque tú eres así —le pasó el brazo por el hombro—. Tú, en cambio, no tenías idea de adónde ir, sabías que el riesgo era grande, tenías que ser muy cuidadoso e ir planeando conforme la marcha porque un paso en falso y todo podría terminar para los dos. Nunca tuviste la certeza de encontrar vivo a Zewu-jun. Sabías que nadie más te ayudaría y aun con todos los pronósticos en contra, no te detuviste y fuiste a ayudarlo. Arriesgaste tu vida.

—T-Tú también —dijo Jiang Cheng haciendo una especie de puchero.

—Sí, pero solo porque mi hermano me puso el ejemplo de lo que es correcto hacer cuando alguien importante corre peligro —le dijo con una sonrisa cálida—. ¿Ves como sí fue diferente?

A pesar de lo atolondrado que podría parecer Wei Wuxian, o que la mayoría de las situaciones no se las tomaba en serio, cuando se trataba de Jiang Cheng y lo poco que confiaba en sus cualidades, él intentaba por todos los medios equilibrar los malos pensamientos de su hermano con halagos y palabras de aliento. No por simple lisonjería o solo como un engaño cruel, no, él en verdad creía en Jiang Cheng, lo admiraba y deseaba verlo surgir como el mejor líder de secta en la historia de Yunmeng. Ayudaría con todo lo que estuviera en sus manos para poder lograrlo.

—¿Por qué mi padre no ve todo lo que dices? ¿Cómo no creer que se siente avergonzado, cuando me llama la atención de esa manera? Jamás voy a estar a la altura de lo que desea y eso me duele.

—Él sabe que serás un buen líder y por eso te exige, por eso te reta a ser mejor. Yo soy solo un chico al que puede dejar pasar sus tonterías. Jamás tendré una gran responsabilidad en mis hombros. Pero tú eres el heredero de Yunmeng, quiere educarte y preparate para eso. Pero no es que desconfíe de ti, más bien tiene puestas en ti todas sus esperanzas.

Jiang Cheng suspiró. Deseaba creer tanto en cada palabra que Wei Wuxian decía, pero era complicado cuando toda su vida lo único que había recibido de su padre eran lecciones y llamadas de atención. No iba a decirle a su hermano, que muchas veces veía de lejos la interacción entre ellos, siempre sonrientes y hasta se podría decir que cariñosos. Le lastimaba mucho ver esa diferencia, y por más que intentaba acercarse a él de manera más personal, algo los alejaba. ¿Era su culpa o la de Jiang Fengmian? Tal vez nunca lo sabría.