CAPÍTULO 7. MAGNOLIA.

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¿Estaba soñando? ¿Alucinaciones? ¿Sería algún hechizo? No, todo le parecía bastante real. Tomo aire, apretando la espada en su mano, definitivamente era real, muy real. La mirada divertida de Lan Xichen le indicaba que esperaba un saludo. Movió ligeramente la cabeza para hacerse más consciente de lo que sucedía y avanzó dentro del salón.

—Zewu-jun —inclinó su cuerpo muy despacio para saludar—, es una sorpresa verlo en Yunmeng. ¿Cómo está? ¿Le ofrezco algo de beber? Por favor tome asiento mientras pido té para los dos. —Jiang Cheng estaba tan nervioso que hablaba rápido sin siquiera darse cuenta de lo que decía. Llamó a uno de los sirvientes y, tras darle un par de indicaciones, este se retiró para dejarlos solos otra vez.

—¿Qué asunto le trae por acá? Seguro necesita hablar con mi padre, pero debe estar algo ocupado y por eso me ha...

Lan Xichen negó con la cabeza, conservando una sonrisa divertida por el comportamiento del joven Jiang. —Ya lo he visto, traté los asuntos pertinentes pero no quería irme sin saludarlo. Ya hace tiempo desde que nos despedimos y por eso pedí verlo para conversar ¿Cómo ha estado? —Tomó asiento donde el heredero Jiang le había indicado— ¿Qué tal lo recibieron a su regreso?

Entonces, él había pedido verlo, por eso su padre le llamó. Ese solo pensamiento le hacía tan feliz que no pudo controlar una leve sonrisa. Bajó la mirada, esperando que no se notara ese gesto, pero fue tarde porque el primer maestro Lan ya se había dado cuenta de la adorable sonrisa.

—Bien... —comenzó a hablar sentándose frente a él— he estado bien. Sigo con algo de entrenamiento que recibo de mi padre, a veces también de mi madre. Honestamente no he hecho mucho después de haber llegado de Gusu Lan más que seguir mis estudios. Ya se lo dije, a veces suelo tener una vida bastante aburrida, salvo cuando tengo que auxiliar a Wei Wuxian.

—Yo no creo que sea aburrida, al contrario, goza de muchos matices. Usted sigue muy comprometido con su formación, además de disfrutar de las ocurrencias de su hermano —sonrió de medio lado—. ¿Recuerda que le dije que no necesitaba instrucción en el Receso de las Nubes para ser un buen heredero? No me equivoqué, usted mismo me lo acaba de confirmar.

Jiang Cheng volvió a sentir el ya característico calor en las mejillas que se presentaba cuando estaba con él, esperando que este disminuyera, cambió el tema. —¿Usted cómo ha estado? ¿Todo va bien en el Receso de las Nubes?

Escondiendo una sonrisa enternecida, Lan Xichen asintió, esperando a contestar las preguntas de Jiang Cheng tras recibir un par de bocadillos y té —Yo he tenido muchos deberes por atender, más de los que me gustaría. Ahora más que nunca he extrañado aquellos momentos donde podía sentarme con usted a conversar y distraerme de las preocupaciones.

Al escucharlo, la sensación de mariposas en el estómago le hizo removerse en su asiento, por lo que fue natural pensar en las palabras que instantes atrás Yanli le había dicho acerca de estar enamorado, ¿acaso no era muy parecido a la manera en que ella lo había descrito? Sacudió la cabeza. No, en definitiva estaba confundiendo las cosas. Por el heredero Lan sentía un marcado respeto y ante todo una admiración profunda que le invitaba a seguir sus enseñanzas para ser un buen heredero también. El temple y destreza para cualquier disciplina le parecían únicas y por eso se atrevía a compararlo con un prodigio. Definitivamente lo que sentía por Lan Xichen solo podía ser equiparado a lo que inspira un modelo a seguir.

—Zewu-jun —se atrevió a hablar por el fin el heredero Jiang—, dice esas cosas solo para halagarme, sin embargo, estoy seguro que dentro de su secta hay gente mucho más interesante con las cuales hablar e intercambiar opiniones.

—Se equivoca —respondió con convicción—. De lo contrario no estaría aquí.

De cierta manera sentía como si hubiera ofendido al primer maestro Lan, así que se disculpó haciendo una reverencia. —Lo siento, Zewu-jun. Sigo teniendo un problema...

UNA COLINA PÚRPURA TOCANDO EL CIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora