Wei Wuxian estaba realmente sorprendido, le costaba creer que Jiang Cheng hubiera recobrado la conciencia y para poder convencerse a sí mismo, apretaba a su hermano en un cálido abrazo mientras contenía las lágrimas.
Era la segunda vez que el temor de perderlo lo invadía, se había sentido tan abrumado por esa sensación que, cada vez que era su turno de entrar a la habitación para transferirle energía, temblaba al pensar que tal vez lo encontraría más grave o que sería testigo de su muerte. Además, la sed de venganza en contra de quienes le hicieron daño aumentaba día con día, y no descansaría hasta dar con el o los responsables.
—M-Me duele, Wei Wuxian.
El débil reclamo de Jiang Cheng le hizo apartarse de inmediato. Se secó las lágrimas y sonrió.
—Lo siento, no quería lastimarte. Iré por los médicos.
—N-No, está bien así. D-Dame algo de agua.
El Líder Jiang bebió vaso tras vaso del vital líquido y al terminar volvió a recostarse. Se sentía algo mareado y adolorido por lo que era mucho más cómodo permanecer en esa posición.
—Se supone que debería estarte dando energía espiritual. Dame tu mano —le pidió Wei Wuxian—. ¿Me escuchaste cantando?
—No estoy seguro, quiero decir, escuché la melodía pero antes de hoy creo que solo fueron susurros —suspiró antes de lamentarse—. ¿Qué clase de líder soy si ni siquiera pude defenderme de un grupo de maleantes? ¿No te parece tonto?
A manera de castigo, Wei Wuxian apretó su mano con fuerza, haciendo que Jiang Cheng volviera a quejarse, esta vez con un poco de molestia.
—Esta vez sí lo hice con toda la intención de que te doliera. ¿Acaso eres idiota? ¿Cómo puedes pensar eso de ti? Jiang Cheng, eran demasiados para cualquiera. Te defendiste hasta donde tus fuerzas te lo permitieron. Por favor, ya no pienses de esa manera.
—A ti no te hubiera pasado —agregó Jiang Cheng.
—Olvidas que hace unos años un grupo de los Wen me capturaron y me llevaron a los Túmulos. Me defendí pero yo sé lo que el cansancio puede hacer: las fuerzas merman, la energía deja de fluir con efectividad, los golpes y ataques son menos certeros. Es imposible cuando todo parece estar en nuestra contra. Ni el más virtuoso de los cultivadores puede contra eso —acarició el dorso de su mano—. Fuiste muy valiente y todos sabemos eso.
No dijo más. En el fondo sabía que Wei Wuxian tenía razón, sus atacantes querían matarlo a toda costa. —Espera... ¿Cómo supiste que eran varios?
—Sencillo. Lan Xichen y yo hemos investigando...
—¿Dónde está?
Wei Wuxian rió por lo bajo. Era tierno que Jiang Cheng preguntara por él. —Está en Gusu ahora. El viejo Qiren lo mandó llamar para que atendiera esos asuntos aburridos de un líder. —Le sonrió—. En cuanto salga le enviaré un mensaje para que sepa que has despertado. Ha estado muy atento, creo que a diario llega mensaje de su parte preguntando por ti.
La tez pálida de Jiang Cheng provocaba que el rubor en sus mejillas fuera más notorio. Había preguntando por él sin pesar, sus labios fueron más rápidos que su fingida prudencia cuando de Lan Xichen se trataba. Era tan abrasador enterarse que él estaba preocupado y que, aun estando a la distancia, se mantenía al tanto de su estado. Ahora más que nunca necesitaba tenerlo cerca pero no diría nada porque no quería interponerse entre él y sus deberes.
—Estoy seguro que vendrá aquí en cuanto reciba mi mensaje.
—Puedo esperar...
La risa de Wei Wuxian esta vez no fue tan discreta. —Tú y yo sabemos que no es así. Estás ansiando poder verlo. Yo estaría igual.
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UNA COLINA PÚRPURA TOCANDO EL CIELO
Fiksi PenggemarEsta historia se encuentra publicada gratuitamente en Wattpad. Si lo encuentras en otro lado es un plagio. Mientras Jiang Cheng lucha por estar a la altura como futuro líder de la secta Yunmeng Jiang, la compañía gentil así como los sabios consejos...