CAPÍTULO 66. BETÓNICA

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Todos esperaban la llegada del Líder Lan, sabían que llegaría en compañía del Líder de Yunmeng Jiang, por eso estaban disponiendo la habitación habitual que ocupaba en cada una de sus visitas. Las órdenes de Lan Xichen siempre habían sido muy claras, el lugar tenía que estar impecable y adornado con flores para darle un aspecto más acogedor.

Si en el Receso de las Nubes no estuviera prohibido hablar de otros si no estaban presentes, quizá ya habría varias especulaciones del motivo para el trato especial que se le daba al Líder Jiang, pues a ningún otro líder o invitado se le trataba con tanta atención y esmero, ni siquiera al Líder de Qinghe Nie que era ya un conocido desde mucho tiempo atrás.

Para cuando ambos líderes llegaron al Receso de las Nubes, en el Hanshi ya estaba todo listo para servir el almuerzo, solo bastaba esperar a que Wei Wuxian y Lan Wangji llegaran también, pues se habían adelantado por un par de días para hacerse cargo de una presencia sospechosa que atormentaba a los habitantes de un pueblo en Gusu Lan -o esa fue la versión que le dieron a los demás-. Habían quedado en que llegarían ese día, y así lo hicieron sin contratiempo.

En cuanto A-Yuan vio que los dos mayores entraban al Hanshi, fue hasta ellos para abrazarlos por las piernas y sonreír con emoción. Tan solo se habían separado por escasos días, durante su ausencia se había divertido mucho en Muelle de Loto junto a Lan Jingyi pero extrañaba pasar tiempo junto a los dos mayores que lo trataban con tanto cuidado y cariño. Wei Wuxian lo cargó, preguntándole cómo le había ido y qué tanto había hecho en Muelle de Loto, así que la conversación pronto se dirigió a las múltiples actividades que habían realizado. Tanto para Lan Wangji, pero más para Wei Wuxian, el hecho de que Jiang Cheng se mostrara tan cómodo con el niño e incluso lo invitara a su hogar, era sorprendente y lo agradecían mucho.

Cuando comenzaron a comer, tuvieron que abandonar la charla y hasta que comenzaron a beber té reanudaron los temas importantes, sobre todo ahora que los pequeños dormían exhaustos.

—Muchas gracias por haber cuidado de A-Yuan mientras estábamos ocupados, se divirtió mucho. Jiang Cheng, de verdad estoy muy agradecido, sé lo que eso significa para ti. Lan Zhan también lo piensa, ¿cierto?

—Mmmn —respondió Lan Zhan mientras inclinaba la cabeza.

Jiang Cheng suspiró. —Así como se lo dije a Xichen, él no tuvo la culpa de nada. Lo que es más, ni siquiera recuerda lo que sucedió en esos días, así que sería muy injusto de mi parte tenerle rencor. Por supuesto no fue fácil porque sentía mucha rabia, pero debo enfocar esos sentimientos en alguien que de verdad merece mi desprecio.

—A-Cheng —reprendió con suavidad su esposo.

—No me limites, bien sabes que tengo razón.

Lan Xichen sonrió y tomó su mano. —Ambos niños estuvieron muy contentos durante estos días, pensamos en que la visita se repita con más frecuencia y que ustedes también puedan acudir nuevamente.

—Sería genial poder pasar una temporada allá. Siempre extraño mucho la comida de Yunmeng —gimoteó Wei Wuxian—. Aunque Lan Zhan me trae todo el picante que quiero —agregó en tono seductor, provocando que las orejas del segundo maestro Lan enrojecieran.

La situación era tan incómoda que Lan Xichen tuvo que aclararse la garganta un par de veces para que Wei Wuxian no continuara con sus insinuaciones.

—De acuerdo, entonces cambiemos el tema de conversación. ¿Tampoco en este tiempo recibiste noticias sobre el supuesto informante?

Antes de responder, Jiang Cheng le lanzó una mirada desaprobatoria por su comportamiento y suspiró. —No he recibido nada más. Como les dije, el niño que llevó la única nota sigue andando por las calles pero no ha conversado con nadie más. Todo este tiempo alguien lo ha vigilado y me he mantenido al tanto de su bienestar. Me desagrada mucho que haya tenido que recurrir a realizar recados de gente inescrupulosa.

UNA COLINA PÚRPURA TOCANDO EL CIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora