Capitulo 14 - pt.1

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*Notita*
Repitan la canción para que les dure todo el capítulo. 👉🏻👈🏻
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Las horas pasaron y ya eran alrededor de las 6 o 7 de la tarde. Dorian acababa de despertarse y vio que Alanna seguía dormida así que no la molesto, estaban dos bandejas con desayunos y tomó una de ellas para comer, disfruto tanto la comida como si llevara años sin comer.

Después de eso decidió ir a darse una ducha, había vapor por todo el cuarto de baño y solo se escuchaba el sonido del agua tibia caer sobre el cuerpo de Dorian, de vez en cuando soltaba pequeños gruñidos porque sus rasguños le comenzaban arder gracias a sus jabones aromatizados.

Salió de la ducha y comenzó a secarse, antes de que su herida comenzara a sangrar de nuevo, puso un poco de crema y las algas sobre ella. Logró vendarse sin la necesidad de que lo ayudaran ya que el pecho no eran tan difícil de vendar, tenía cierta experiencia en ello.

Checo la temperatura de Alanna y vio que se encontraba en buen estado, Dorian quería confesarle lo que se sentía por ella, la noche anterior había servido de detonante para que los sentimientos de Dorian salieran a la luz.

En seguida, se puso una camisa de mangas color blanca que se abrochaba con unos cordones en la parte superior del pecho, Dorian jamás la abrochaba le gustaba llevarla abierta ya que era su ropa casual, se puso unos pantalones cafés y unos botines del mismo color. Quiso ponerse su típico traje de siempre pero sus heridas se lo impedían.

Dorian:
[Quiero decirle lo que siento, explicarle que guarde la concha que juntamos porque en realidad tiene un significado pero tengo miedo, miedo a que me rechace, miedo a que me diga que solamente está agradecida porque le salvé la vida pero que no siente lo mismo y miedo a que me diga que es muy pronto para sentir algo. Yo no necesito más tiempo, grandes amores han nacido de menos. Pero necesitaré ayuda, se me ha ocurrido un plan.]

Dorian se levantó de la cama y salió a su balcón porque sintió la presencia de Tártaro.
Abrió la puerta del balcón y ahí estaba su amigo flotando afuera de ella.
—Entonces planeas enamorarla.—Dijo Tártaro.
—Me leíste la mente, apenas iba a buscarte.—Dijo Dorian saliendo para nadar con su amigo.
—Obvio, estamos unidos animal, a veces me pregunto quien es el hombre y quien es el animal.—Suspiraba Tártaro.
—No hay necesidad de tanta agresión!—Dijo Dorian palmeando el lomo de Tártaro.
—Supongo que ya sabes el plan cierto.—Dijo Dorian.
—Sip, vayamos a los jardines o quieres pasar primero a la joyería.—Dijo riéndose Tártaro.
—Ninguna de las dos, vayamos a las cuevas mineras que están al Oeste del reino.—Dijo Dorian jalando las riendas de Tártaro.
—Ay...esto ya no me agrada.—Dijo Tártaro nadando.

Ambos emprendieron viaje fuera del reino hacia las minas que habían al Oeste del reino, Dorian tenía en mente la gema perfecta para regalarle a Alanna; una vez que llegaron Dorian bajo y Tártaro se posó alado suyo para ayudarlo en caso de que se cansara.

Todos los mineros hicieron una reverencia ante Dorian una vez que lo reconocieron, Dorian explicó que era lo que estaba buscando y que si en estas minas se encontraba ese extraño cristal. Los mineros asintieron, le indicaron a Dorian que en la tienda de recuerdos podía pedir la roca que llevara el cristal o que ellos podían pulirle el cristal en la forma que él quisiera.

Dorian les dijo que si no era mucha molestia pulirlo, ellos negaron dijeron que les gustaría ayudar al corazón enamorado de su príncipe, Dorian saco un dibujo sobre cómo le gustaría que fuese el collar, el encargado de la mina le dijo que volviera en una hora y lo tendrían listo con la abertura para colgar lo demás, Dorian les dijo que él volvería con la cadena y la base.

Apenas comenzaba a anochecer en el trayecto de la minería a la herrería, Dorian preguntó si podría hacerle la base, el herrero asintió dijo que tardaría unos 20 minutos, Dorian aprovechó para ir a una joyería cercana para ordenar una cadenita de oro para el collar.
—Te estás esforzando mucho en eso, no te excedas...no quiero llevarte desmayado.—Dijo Tártaro un poco preocupado.
—Estoy bien amigo, comencé a tomarme el elixir que el doctor dejó.—Dijo Dorian montando a Tártaro de nuevo ya con la cadenita en su bolso.

Hasta el fondo del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora