Capitulo 45

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Una vez que llegaron al palacio, Seth la escoltó hasta la habitación de Dorian, no quiso dejarla en el balcón por miedo a que sus padres lo vieran con mala cara.
—Una vez que todo esto pase, les diremos a los demás.—Decía Marina nadando junto a él.
—Me parece perfecto, dos motivos por los cuales festejar.—Dijo Seth pasando su brazo por sus hombros. —Prométeme que por nada del mundo entrarás mañana al palacio de Eren Marina.—Dijo besando su sien.
—No me pidas eso Seth, si es necesario entrare.—Respondió ella sonriéndole.
—Prométemelo.—Volvió a pedir tomándola de ambos hombros con sus manos.
—Lo prometo.—Decía rodando los ojos.
—Ni tú ni Alanna entrarán, no habrá necesidad dejen que nosotros nos encarguemos de esto porfavor.—Pidió besando su frente.
—Entendido mi lord.—Dijo burlona.
—Buenas noches, nena.—Expresó Seth besándola.
—Descansa.—Agregó ella.

Seth se fue y Marina entró a la habitación de Dorian donde sus padres se encontraban dormidos ya. Quiso ir a ver a su hermana pero prefirió descansar, mañana sería el día que decidiría el destino del reino de Eren y quería estar preparada para lo que fuera. Se puso su ropa para dormir y se tumbo en su colchón, las enredaderas que tenía Dorian en el techo la durmieron después de un rato.

Ya había anochecido para cuando ellos llegaron al palacio, Seline seguía fuera en el pueblo y Alanna continuó dibujando a Dorian en el pabellón.
—Hubiera preferido que te quedarás acostada conmigo.—Expresó Dorian posando.
—Quiero terminar este dibujo cariño, anda solo un poco más.—Decía sin despegar sus ojos del lienzo.
—Está bien pero deja de morderte el labio princesa.—Decia regañandola. —Lo haces cada vez que te frustras pero yo lo encuentro tentador.—Agregó relamiéndose sus labios.
—¡Cielo!—Resoplo llevándose el lienzo a la cara.
—Continúa princesa.—Río Dorian al verla sonrojada.

Alanna estuvo dibujando por otra media hora, ya no entraban rayos de luz de la superficie, apostaban que ya debía de ser alrededor de las nueve.
—¡Listo!—Exclamo elevando sus manos.
—Muéstramelo.—Dijo Dorian bajándose del barandal.
—¿Que le parece su majestad?—Pregunto Alanna girando su lienzo.
—Una obra de arte creada por una maravillosa mujer.—Dijo tomándola en sus brazo y dándole vueltas.
—Lo pintare en la primera chance que tenga pero creo que por ahora esta bien.—Río en sus brazos.
—Ahora si a dormir princesa, mañana montamos al amanecer.—Dijo recogiendo los grafitos que habían en la mesa.
—¿No piensas bajarme?—Pregunto Alanna.
—Negativo.—Respondió el.
—Oh por los dioses.—Suspiró Alanna riéndose.

Dorian besó su nariz y la llevo cargada hasta el palacio inclusive la cargó hasta llegar a su habitación. Todas las mucama los veían y se llevaban sus manos a sus bocas para reírse discretamente.
—El principe y la señorita Alanna son realmente adorables.—Dijo una de las mucama a al verlos pasar.
—¡A trabajar chicas! Menos chismerio y más movimiento.—Regaño la señora Lily.
—¡Si señora Lily!—Dijeron las tres mujeres.
—Muchachitas estas...aunque tienen toda la razón mi jovencito Dorian esta realmente enamorado de la señorita Alanna.—Dijo la señora lily viéndolos cálidamente.
—¡Dorian!—Gritaba Alanna entre risas en el fondo.

Las risas de Alanna se escuchaban al fondo del pasillo, Dorian la cargaba y le hacía cosquillas con su rostro para hacerla enojar, enseguida llegaron a su habitación y Alanna dejó sus grafitos junto a su lienzo sobre uno de sus estantes.

Se giró para ver a Dorian de espaldas a ella desvistiéndose. Sintió como su pulso se aceleraba y un deseo se apoderaba de ella, nado hacía el pasando sus manos por su espalda.
—¿Que pretendes princesa?—Pregunto Dorian al sentir su frío tacto.
—¿Un estudio anatómico?—Decía viendo como el cuerpo de Dorian se estremecía con su frialdad.
—Solo tienes que pedirlo...—Respondió el tomando bruscamente su muñeca.
—Quiero...—Murmuró sintiendo un cosquilleo recorrerla.
—Dilo.—Pidió con perversion.
—No lo haré.—Dijo acercándose a su boca.

Hasta el fondo del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora