Capitulo 37

24 7 25
                                    

Seth esperaba el momento que el relámpago golpeara la superficie, mientras veía como la respiración de Marina se volvía entre cortada por el miedo y por el nerviosismo de la posición.

Antes de que Marina soltara un grito de desesperación al no saber lo que Seth planeaba hacer, clavo sus uñas en su espalda, su camisa no dejaba ver pero apostaría que lo dejó marcado.

Finalmente el relámpago golpeó la superficie a unos metros de ellos, la electricidad comenzaba a cuartearse en raíces golpeando las algas y sus tallos.

Bajaba a una alta velocidad hasta llegar al follaje donde ellos estaban acostados, Seth en ese momento comenzó a dejar besos conforme la electricidad avanzaba en su clavícula.

En el punto en el que llegó a sus labios, la electricidad fluyó libremente por sus cuerpos, haciendo el momento ser aún más poderoso y aumentar su tensión a niveles estratosféricos.

Marina ahogó un ligero gemido entre sus besos, clavando más sus uñas en su piel. Dentro de sus cuerpos fluía aún esa energía tan alta que había hecho acelerar sus pulsos de manera asombrosa.
—Ese gemido fue de susto o porque te está gustando, pequeña amazona.—Murmuro Seth en su boca.
—Porque no lo intentamos de nuevo y lo averiguas.—Contesto Marina.

La tormenta continuó y ellos siguieron disfrutando de su estupidez. Después de un rato ambos se quedaron observando lo hermosa que se veía la lluvia desde donde ellos estaban.

La lluvia chocaba contra el agua como si hubiera un cristal, haciendo ondas minúsculas que desaparecían en cuestión de segundos dentro del mar. Ahí pasaron gran parte del día, recostados en ese hermoso campo de algas doradas, tan lejos de todos. Nada importaba realmente en ese momento más que ellos mismos.

———En el palacio———
Se encontraban Alanna y Dorian nadando por los pasillos del palacio mientras platicaban alegremente.
—¡Pequeña! Que bueno que te encuentro, te he estado buscando.—Exclamó Kristaphoros.
—¿Padre, todo bien?—Dijo girando.
—Claro pequeña solo que no he visto a tu hermana desde el almuerzo.—Decia.
—Ah ma...Mary, ella anda.—Dijo nerviosa.
—Fue al pueblo con Seth, iban a ir a comprar algunas cosas para el viaje.—Interrumpió Dorian sonriente.
—Mmm, Dorian de hombre a hombre, opinas que él será algún problema.—Pregunto Kristaphoros celoso.
—No señor, yo también cuido a Marina, ella es como mi hermana menor, Seth es un buen chico para ella.—Respondió Dorian.
—Por favor, dime Kris y esta bien confiaré en tu palabra.—Le dio una sonrisa. —Cuídate pequeña.—Despidió de Alanna.
—Hasta luego padre.—Gritó Alanna.

Ambos se voltearon a ver y se rieron, continuaron nadando hacia la biblioteca que se encontraba en el tercer piso.

Otro par enorme de puertas doradas se apareció enfrente de ellos y los guardias las abrieron, la biblioteca era enorme habían más libros que días en un siglo. Habían ventanales enormes que permitían que la luz entraran, habían varias mesas alargadas en fila con sus respectivos asientos.

 Habían ventanales enormes que permitían que la luz entraran, habían varias mesas alargadas en fila con sus respectivos asientos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hasta el fondo del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora