Capitulo 29

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Marina ya se encontraba con Seth y Alanna, ella se encontraba sentada en el suelo viendo el mar, ya no tenía voz para gritar. Marina la veía con gran tristeza junto a Seth
—Bueno, ¿pasamos un pequeño infierno hoy aquí cierto?—Dijo Seth.
—¿Pequeño? Vi tu muerte pasar por mis ojos Seth.—Dijo Marina agachando la mirada. —Y no sólo eso, también vi a la persona que considero mi hermano al borde de la muerte por nosotros.—Dijo apretando sus puños.
—Hey...ven aquí.—Dijo Seth poniendo un brazo alrededor de ella. —Lo siento mucho por eso Marina.—Dijo atrayéndola para abrazarla.
—Pudiste haberme dejado ayudarte, yo pude haberlo matado.—Dijo comenzando a llorar en su pecho.
—El hubiera no existe Marina, yo hubiera muerto feliz al saber que salvé alguno de ustedes.—Dijo Seth recargado en su cabeza.
—No...no hables más de la muerte por favor, vi a todos ser gravemente heridos mientras yo me escondía con los brazos cruzados.—Decía Marina.
—No vuelvas a decir eso por favor, gracias a ti es que estamos todos vivos, solamente tu podías entrar y solamente tú pudiste entregar el elixir.—Decía Seth separándola y sujetando su cara. —Tu y Dorian nos salvaron a todos, y sin ti su plan jamás hubiera funcionado, ¿entendido?—Agregó.

Marina asintió y tomó una de las manos de Seth que se encontraban en sus mejillas, ambos entrelazaron sus miradas y dentro de Marina crecía una sensación que la quemaba y la recorría por dentro.

Ambos se sentían muy nerviosos e involuntariamente comenzaban acortar el espacio que había entre ellos.
—Seth...—Decía Marina entrecortado.
—¿Si...?—Decía Seth sin despegar sus ojos.
—¿Qu...Que está pasando?—Preguntaba nerviosa.
—No estoy seguro Marina.—Dijo Seth apunto de cerrar sus ojos.
—¡Chicos! ¿Están bien?—Grito Profetus viéndolos de repente.

Ambos se separaron nerviosos y colorados pero antes de que pudieran asimilar lo que estaba por pasar vieron a Dorian llegar atrás de Profetus. Marina se lanzó abrazarlo y él le hizo una señal de silencio, Seth tomó a Marina y ambos comenzaron a caminar hacia el mar en busca de los demás.
—Me uniré a ellos pero primero iré a buscar a tu suegro.—Dijo burlón golpeándolo.

Dorian suspiró y rodó los ojos, no sabía como acercársele. Sus decisiones habían causado tanto sufrimiento en la persona que ama y ahora se encontraba destrozada viendo a la nada.
—¿Alanna...?—Dijo Dorian en un tono cálido.

Alanna se levantó y volteó sujetando su collar, no creía lo que sus ojos veían, las lágrimas rodaron instantáneamente por su cara, comenzó a caminar lentamente hacia el.
—Volviste...—Dijo Alanna dándole un abrazo lento.
—Jamás me fui princesa...—Dijo Dorian envolviéndola lentamente. —Siento mucho haberte causado tanto dolor Alanna...—Dijo antes de ser interrumpido.
—No digas nada, solo déjame estar así un momento más.—Dijo Alanna sollozando lentamente.
—Cuanto tiempo necesites, ¿te parece princesa?—Dijo Dorian besando su cabeza.
—Me encantaría.—Dijo Alanna sonriendo.

Se quedaron un buen tiempo ahí los dos hasta que ambos se encontraban mejor y más tranquilos, después de eso Dorian se inclinó para darle un beso suave en los labios al cual Alanna respondió.

Minutos después de su reencuentro, ambos se dirigieron a la orilla para encontrarse a Seth y Marina. Dorian le dijo que Profetus había ido a buscar a su padre y que los verían abajo.

Profetus se encontró con Kristaphoros de subida así que ambos solamente continuaron caminando de regreso con los demás. Profetus venía callado pensando en que había sucedido.
—¿Tienes preguntas muchacho?—Dijo Kristaphoros amablemente.
—Me avergüenza pero si las tengo, ¿le molestaría si...?—Dijo Profetus antes de ser interrumpido.
—No tienes nada de que avergonzarte, dispara o como sea que lo digan los jóvenes de hoy en día.—Río Kristaphoros.
—¿Que fue lo que hizo Marina con usted? Y ¿como es que logramos sacarlo de ahí sin Dorian?—Decía Profetus.
—Dorian la separó de ustedes para confesarle que si el momento lo ameritaba usaría todo su poder para salvarlos usando la manipulación de sangre.—Dijo Kristaphoros —Enseguida lo que hizo fue darle un elixir que debería darme en cuanto tuviera las cosas se pusieran tensas.—Agregó.
—¿El elixir que efectos tenía?—Pregunto.
—Era un elixir estimulante de adrenalina, exageradamente potente y al yo tomarlo pues veámoslo como si dejarás una batería cerca de una caja de energía.—Explicaba Kristaphoros. —El elixir hizo que mi "barra de poder" subiera hasta los cielos por unos momentos y fue por eso que lograron el hechizo entre los tres.—Agregó.
—Usted tomó el papel de Dorian verdad, ¿como es que logró hacer magia dentro de la prisión?—Preguntaba.
—Me proyecte en ustedes y les permití canalizar mi poder inconscientemente.—Dijo riéndose.
—Entonces usted fue el plan b de Dorian en caso de que algo le pasara.—Afirmaba cínico.
—Exacto, muy listo la verdad y también es muy fuerte.—Decía con aprecio.
—Es un estupido.—Decía Profetus yéndose.

Hasta el fondo del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora