Capitulo 55

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Mientras ellos nadaban de la mano hacia el centro todos los invitados entraban detrás de ellos por todos los laterales para comenzar a llenar el salón. En cuanto todos entraron, la melodía cambio por el vals. Kristaphoros tomó la mano de Hipólita y se separó para después jalarla suavemente pegándola a él. Ella se recargó sobre su pecho y se movían suavemente de un lado a otro.

En ocasiones la giraba lentamente o la levantaba en sus brazos en una pequeña vuelta. La música terminó eventualmente y todos aplaudieron, todos tomaron asiento para llevar acabo el banquete en las tres alargadas mesas que habían. Kristaphoros e Hipólita junto a las niñas estaban sentadas en la cima en un foro, el rey padre Fergus y la reina Xila estaban sentados también con ellos.
-Me gustaría la atención de todos por favor, solo un momento.-Dijo el rey Percy levantándose de su asiento golpeando suavemente su copa. -Hace 20 años hubiera creído posible dar el brindis nupcial de mi mejor amigo pero después de haberlo perdido, ese pensamiento jamás volvió a cruzarme la cabeza, hasta una noche.-Agregó Percy hablando. -Recibí una carta de mi hermana Amara diciéndome que Kristaphoros estaba vivo y mi sobrino encabezaba la búsqueda junto a su hija mayor.-Decía negando.
-Por supuesto que serías tú la que lo informaría.-Río Kristaphoros abrazando a Hipólita.
-Esa noche me di cuenta que un hombre normal hace lo imposible por regresar a los brazos de quien ama pero...mi mejor amigo no es un hombre normal.-Río alzando su copa hacia ellos. -Mi mejor amigo es un hombre fuera de lo extraordinario que peleo cada día durante casi 20 años por volver a los brazos de la mujer que le robó el corazón desde el primer día y por poder volver a tener en sus brazos a su pequeña Alanna; aunque creo que la sorpresa más grande que se llevó es saber que su hija no creció sola, crecio al lado de su mejor amiga, su pequeña Marina, tal vez no fue su hija biológica pero apuesto que esos ojos dorados robaron por tercera vez el corazón de Kristaphoros.-Dijo ladeando su cabeza tratando de mantener la postura.

Alanna y Marina se habían levantado de sus asientos para pararse detrás de sus padres y abrazarlos; era una pena que el mar no dejara ver las lágrimas de felicidad que querían dejar salir, sus miradas demostraban una emoción más allá de las conocidas. Sus padres sujetaban sus manos entre sí y las de sus hijas dándoles pequeños apretones.
-Así que como padrino de brindis solamente me gustaría que todos nosotros alzáramos nuestras copas en honor a este hermoso matrimonio y a sus dos bellísimas hijas, y brindemos por qué sus vidas estén llenas de amor hasta el final de sus días.-Exclamó Percy asiendo que todos se levantarán alzando sus copas. -Solamente me queda decir, ¡Larga vida a Kristaphoros e Hipólita!, ¡Larga vida a la familia real de Eren!-Grito fuertemente alzando aún más su copa y tomándosela.
-¡Larga vida Kristaphoros e Hipólita!-Decían todos los presentes.

Se levantaron Kristaphoros e Hipólita con sus copas en las manos, Alanna y Marina se movieron juntas abrazadas con sus copas alzadas. Una vez que el brindis pasó los chefs llegaron con una diversidad magnífica de platos, muchos platos al igual que los cubiertos venían flotando gracias a los hechizos que estaban haciendo dos miembros del equipo de cocina.

El día se desenvolvió hermoso, el banquete se llevó un buen rato, la música sonaba sin cesar, poco a poco las horas transcurrieron. Las mesas se movieron para despegar de nuevo la pista de baile, los músicos tocaban música tradicional de Eren que animaba a todos los invitados volviéndolos eufóricos al brincar y girar alrededor de todo el lugar.

Las horas fueron llegando al igual que las personas yéndose, los invitados de Arktos fueron de los primeros en irse debido a la distancia. Así siguieron los invitados de Skyros, Plaktar y Caspia, hasta que quedaron solamente unos cuantos nobles ebrios de los mismos reinos y todo el círculo cercano de los recién casados.

Alanna se encontraba bailando con el rey Percy y Seline con el rey Kristaphoros, Hipólita bebía una copa relajándose de tanto baile con Amara y Nila finalmente se encontraba conociendo ahora a la reina Eira, esposa de Percy. No dejaba de sorprenderle los fuertes rasgos que habían en Seline de ella, había heredado el mismo cabello azulado y los ojos amatista de su madre al igual que su piel clara.
-Te la robó tío.-Dijo Dorian llevándose a Alanna al ritmo de la música.
-Adelante sobrino, sacaré a tu tía.-Dijo el rey Percy haciendo una reverencia y yendo por su esposa.
-Parecías aburrida...-Decía Dorian girándola.
-La verdad no, tú tío es una persona muy interesante, me estuvo contando sobre su infancia con mi padre.-Alardeaba para molestarlo.
-Así que no me extrañabas, tus palabras son como veneno en la sangre.-Decía tocándose el pecho dramáticamente.
-Entonces un beso mío que sería.-Rio alzándole una ceja.
-Una picadura de quimera pero sea estoy dispuesto a sufrirla.-Dijo levantando su mentón y besándola. -Por cierto, te ves hermosa con ese vestido.-Murmuro besando su nariz.
-Yo...quería sorprenderte...-Murmuro alejándose un poco para desviar la mirada.
-Lo haces cada segundo con tu mera existencia, mi princesa.-Respondió Dorian poniendo su mano en su mejilla.

Hasta el fondo del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora