Capitulo 9

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Dorian y Alanna juntaron sus conchas y se sentaron uno enfrente del otro para jugar, Alanna prestaba atención a Dorian trataba de analizarlo y descifrarlo, se le hacia alguien enigmático ya que no podía entrar a su mente, ella había estado estudiando mucho tiempo la manipulación y la psicología, y aún así no podía ver más allá de lo que él mostraba.
—Escoges tu primero princesa.—Dijo Dorian acostándose y recargando su cabeza sobre su mano.
—¿Podríamos platicar mientras jugamos?—Dijo Alanna tomando dos conchas grandes de su montón para tratar de emparejarlas.
—Claro princesa, intentas conocerme cierto.—Dijo Dorian tomando una de sus 25 conchas.
—No digas tonterías, es solo para pasar el rato, te pregunto algo y respondes.—Dijo Alanna regresando las conchas porque no coincidieron.
—¿Y que ganó yo? Al responder todo.—Dijo Dorian sellando su primer par de conchas.
—Conocerme a mi, o a las amazonas no sé qué quieras saber.—Contesto Alanna. —Como las juntaste tan rápido!—Dijo sorprendida.
—Me parece justo princesa, lo siento pensé que ya sabías que yo siempre ganó.—Dijo Dorian levantando su mirada para verla enojar.
—Platícame de tus padres, ¿como es tu relación con ellos?, ¿tienes hermanos?, ¿cuantos años tienes?, ¿bajo qué signo zodiacal naciste?—Pregunto Alana sin freno.
—Wow wow respira princesa, primero las tres primeras, ¿te parece?—Dijo Dorian continuando en su rompecabezas.
—Mis padres, okey pues mi padre se llama Dorothes, es el rey de Atlantis y tiene 53 años, tiene dos hermanas menores que son gemelas, mis tías Aisha y Lana, ambas tienen 40; mi madre se llama Amara, es la reina consorte de Atlantis y antes de eso, princesa en el reino de Gavdos, tiene 45 años y tiene un hermano mayor, mi tío Percy el es el actual rey de Gavdos, el tiene la misma edad que mi padre.—Dijo Dorian pegando su tercer par de conchas.
—Interesante, tus papás se llevan muchos años, ¿como es su relación?—Pregunto Alanna apenas juntando su primer par.
—Sinceramente es la relación a la que aspiro tener, cuando los ves se puede ver y sentir su amor y confianza, ambos pasaron por mucho cuando eran jóvenes y se ayudaron a crecer, su relación es muy sana y el paso de los años no disminuye su amor.—Dijo Dorian viendo al cielo. —Y si, hay 8 años entre ellos, mi madre tenía 5 cuando el compromiso se decidió, cuando ella cumplió 10 años hubo un terrible accidente que hizo reflexionar a mi padre sobre sus sentimientos y le dio una propuesta la cual era que le diera 10 años para enamorarla y que si ella no se sentía cómoda el compromiso se terminaba, mi padre la espero 10 años y con gran paciencia, y día a día la enamoro. Ellos son mi ejemplo de lo que las almas gemelas son...—Dijo Dorian con un suspiro.
—Wow, me contagiaste tu alegria Dorian, suena muy romántica la historia de tus padres, tal vez en otra ocasión...si tú quieres por supuesto, ¿podrías...platicarmela...?—Dijo Alanna jugando con sus conchas.
—En otra ocasión princesa.—Asentio Dorian con una sonrisa. —Mmm, tu siguiente pregunta: no, no tengo hermanos y nací bajo el signo de Piscis, el 21 de marzo y tengo 21 años princesa.—Dijo Dorian regresando a su juego con ya seis pares de conchas.
—Vaya, un signo de agua qué sorpresa.—Dijo Alanna riéndose. —Mmm pensé que serías más joven.—Termino decir para juntar su cuarto par de conchas.
—Cu...cuantos años tienes tu princesa, esa es mi primera pregunta.—Dijo Dorian con gran nerviosismo.
—Tengo 19, ¿acaso estas nervioso?—Dijo Alanna viendo a Dorian.
—Para nada, siguiente pregunta: ¿como nacen las Amazonas si no hay un hombre que aporte el...segundo factor?—Pregunto Dorian.
—Fácil nuestras madres rezan a nuestra diosa Atenea y con el apoyo de la diosa Hera, ella nos crea y nos pone en el vientre de nuestras madres.—Dijo Alanna sin importancia.
—Ahh vaya por supuesto que Hera tenía que ver en esto, al fin y al cabo ella es la diosa del parto.—Dijo Dorian acomodando su rubio cabello. —Siguiente pregunta princesa, ¿porque soy el único hombre que ha podido cruzar la barrera?—Dijo sentándose.
—Mmm es una buena pregunta, tenemos una barrera que protege Creta de cualquier mal pero la segunda barrera fue puesta por una terrible agresión que tomó lugar varios siglos antes de que naciera yo...—Dijo Alanna formando su quinto par y casi alcanzando a Dorian. —No te descuides estoy un par atrás de ti.—Dijo Alanna continuando en su juego.
—¿Que agresión pasó? Y tranquila no me vas a alcanzar.—Dijo Dorian comenzando a separar sus conchas.
—Hace varios siglos, Creta vivía en armonía con los reinos del mar y cualquier otra civilización en la tierra, eran las protectoras de los hombres y mujeres mundanos. Hasta que un día uno de los tres grandes vino de visita, Poseidon, conoces a los dioses sabes que la mayoría por ser todo poderoso creen que es correcto tomar lo que quieran y Poseidon no fue diferente. Llego un día con un grupo pequeño de soldados para una junta con Atenea, comieron y discutieron sobre unos asuntos del Olimpo, Poseidon se deleitó con una hermosa amazona que iba entrando; la miro con lujuria y perversión realmente asqueroso, Atenea le pidió amablemente a la joven que se retirara y cuando salió del salón Atenea lanzó su lazo contra el cuello de Poseidon tirándolo sobre la mesa. Después de eso lo amenazo diciéndole que no permitía que le hiciera nada a la joven y que había visto sus intención impuras y que ella no permitía semejante agresión.—Dijo Alanna haciendo una pausa.
—Siento que esta historia no termina bien, ¿cierto?—Pregunto Dorian al ver la tristeza que esa historia traía sobre Alanna.
—No, no termina bien.—Dijo Alanna viendo sus rodillas. —Poseidon jalo el lazo de Atenea tirándola sobre la mesa y le regreso la amenaza diciéndole que él siempre obtiene lo que quiere sin excepción, después de eso se retiro diciendo que volvería al siguiente día por ella, los meses pasaron y nunca se supo nada más de Poseidon, decidieron bajar la guardia y el mismo día en el que decidieron eso él atacó, la encontró sola de camino al gran santuario y salió de un enorme remolino, trato de llevársela a la fuerza pero ella logró soltarse y él creó látigos de agua para amarrarla y jalarla, la tumbó al piso y abuso de ella..., Atenea logró escuchar sus gritos y corrió lo más rápido que pudo pero el daño ya estaba hecho la joven estaba tirada en el suelo manchada en sangre, y él estaba apunto de huir cuando Atenea comenzó a dispararles sus flechas, solo logró matar a sus soldados pero el escapó.—Dijo Alanna cerrando sus puños con fuerza. —La joven murió en los brazos de Atenea y en su sufrimiento levanto una barrera que impediría el paso a cualquier hombre con la mínima intencion impura con el reino ya sea lujuria o poder, ya que no podía tomar la vida del agresor, desterró a todos los hombres por igual.—Termino de contar Alanna.

Hasta el fondo del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora