Capitulo 17 - pt.2

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Acabaron de comer y al poco tiempo entró su chef Giovanni con una carreta de postres, estableció una corta conversación con Alanna sobre qué postre escoger ya que desconocía la comida de Atlantis. Una vez que los dejaron solos el rey fue el primero en hablar.
—Y bueno Alanna, platícanos sobre ti. ¿Como es Creta?—Pregunto el rey.
—Por supuesto, Creta es una bellísima isla la verdad, cuenta con varios bosques inclusive tiene mezclas de lo que es una jungla y un bosque. Tenemos montañas y cascadas en lo profundo de la isla, Creta se encuentra en lo que vendría siendo la mitad de la isla, nuestra ciudadela inicia desde el puerto y hay una muralla en media luna que divide la vida silvestre de nuestra civilización. Nuestra fauna y flora es muy tropical, nuestros arrecifes son cristalinos y con una alta cantidad de vida marina.—Dijo Alanna antes de llevarse un bocado a su boca.
—Vaya! Suena como un lugar espléndido querida, después deberías de traerme alguna planta que pudiese verse bien en mi jardín.—Dijo la reina guiñándole un ojo.
—Tengo entendido que eres una princesa amazona, ¿verdad pequeña?—Pregunto el rey. —¿Sabes pelear o usar alguna arma, pequeña?—Pregunto con interés.
—Si, su alteza. Me enseñaron a pelear cuerpo a cuerpo y con armas.—Dijo Alanna sorprendida por su pregunta.
—Una disculpa Alanna, mi esposo fue un guerrero también y le gusta mucho saber de eso.—Dijo la reina.
—No hay descuido!, Y si también se usar las armas, en Creta se acostumbra mucho a cabalgar y tirar con el arco. He aprendido a pelear con bastones, lanzas y espadas.—Decía Alanna orgullosa.
—Entonces no solo eres una guerrera si no también eres una espadachín y una arquera! Magnífico Alanna, serás una mujer espléndida e independiente.—Dijo el rey. —Y por lo que veo también cuentas con un amplio vocabulario así que te tomó por una persona muy culta y con buena filosofía.—Terminó de decir.
—Sus palabras me alagan, últimamente no han habido guerras en el mundo de los mundanos así que he tengo mucho tiempo para leer.—Dijo Alanna levantando sus hombros.
—¿Amara, podemos quedárnosla? Es perfecta!—Dijo el rey volteando a ver a su esposa.
—Dorothes! Espantaras a la pobre joven.—Dijo la reina tallándose la frente.
—Madre, padre, por más que ame las humillaciones públicas, tenemos que retirarnos ya.—Dijo Dorian parándose de la mesa.
—¿Tan pronto?, ¿Saldrán a dar un paseo chicos?—Pregunto la reina emocionada.
—Iremos a Creta.—Dijo Alanna, sintiendo la mirada de Dorian en la nuca.
—¿Te irás pequeña?—Dijo el rey un poco triste.
—No padre, Alanna irá hablar con su madre. Volveremos en poco tiempo.—Dijo Dorian poniendo la mano sobre el hombro de Alanna.
—Muchas gracias por su hospitalidad.—Dijo Alanna levantándose.
—Cuídala hijo.—Dijo el rey.
—Tendré una sorpresa para ti querida cuando regreses!—Dijo la reina.

Dorian salió casi corriendo del salón, estaba apenado sus padres jamás se había comportado así; por otro lado Alanna venía contenta, le gustó el sentimiento de ser aceptada por personas que no fueran su familia.
—Tus padres son personas muy amables y divertidas.—Dijo Alanna mirándolo.
—Actuaron de manera irritante, me siento avergonzado.—Dijo Dorian comenzando a nadar lejos de los guardias.
—A mi me pareció que el almuerzo fue un éxito y mírame no deberías sentirte así tus padres hacen todo eso porque te aman.—Dijo Alanna abrazándolo.
—Creo que tienes razón, vamos debemos irnos ya.—Dijo Dorian.
—Espera, necesitaremos armas.—Dijo Alanna.
—Esto no me agrada...—Dijo Dorian con tono asustado.
—¿Donde está la armería?—Pregunto Alanna.
—Al fondo nena, ¿tendremos que pelear para entrar a Creta?—Dijo Dorian guiándola.
—Es por seguridad solamente.—Dijo sonriente.
—Me estas mientiendo.—Dijo suspirando dramáticamente.

Alanna río y lo abrazo por la espalda, mientras se le montaba a Dorian, él seguía nadando con ella en su espalda y cuidaba que su vestido no se abriera demás. Llegaron a la armería, Alanna miró con asombro la brutalidad de armas que tenían, esperaba una pequeña bodega o así, no un salón completo.
—¿Que llevarás tu?—Pregunto Alanna.
—Mis poderes.—Dijo levantando sus hombros.

Hasta el fondo del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora