Hasta el fondo del mar

Capitulo 28

Marina veía toda la pelea que se estaba desatando afuera, gritaba pidiendo que se levantaran.

Los cuerpos de sus amigos tenían rasguños y golpes por culpa del terremoto que los había golpeado. Seth logró levantarse y antes de que los monstruos tocaron a sus amigos, lanzó un fuerte ataque de agujas congeladas hacia ellos. En el momento que vio que encima de ellos no habían ningún monstruo respiro y se dio la vuelta para regresar a la pelea.

De la tierra salió un monstruo de un salto y le dio un rasguño en todo el pecho, Seth ahogó un grito de dolor que hizo a todos reaccionar.
—¡SETH!—Gritaba Marina con lágrimas en los ojos.
—¡NO SALGAS!—Grito Seth con todas sus fuerzas. —Arderás en el inframundo escoria andante.—Dijo clavándole una estaca de hielo.
—Vayan con el, ¡AHORA!—Grito Dorian.

Alanna y Profetus corrieron hacia donde se encontraba Seth gritando del dolor, el rasguño era realmente profundo y se desangraba a gran velocidad.
—Ustedes encárguense de el, yo me encargaré de ellos.—Dijo Dorian tomando una pose de batalla.
—¡No seas estupido, no podrás contra ellos, déjame ayudarte!—Grito Alanna antes de ser jalada.
—Si no detenemos el sangrado, Seth morira Alanna. Confía en Dorian, es más fuerte de lo que piensas que es.—Dijo Profetus firmemente.

Alanna con lágrimas asintió y ambos comenzaron a sanar a Seth, Dorian se encontraba a unos metros de ellos, los había rodeado con un domo de agua que los protegería por mientras.
—Atlante, ¿crees que podrás contra mi ejercito tu solo?—Pregunto burlona Hécate.
—Estamos apunto de verlo.—Dijo Dorian golpeando el piso.

Todos sus enemigos enfrente de él comenzaron a ser tragados por la tierra, estaba usando sus arenas movedizas; enseguida formó un enorme disco con movimientos circulantes y lo lanzó hacia ellos.

Voló sangre y junto a ella los cuerpos de los monstruos. Dorian suspiraba de agotamiento y seguía peleando contra ellos.
—No deberías descuidar tu espalda.—Dijo Hécate moviendo sus dedos y dejando caer de nuevo el humo negro.
—¡PROFETUS!—Grito Dorian aterrorizado.

Su domo de agua había desaparecido y un monstruo creo de su propio cuerpo una enorme estaca y se lanzó al aire en dirección de Profetus.

Comenzaron a llegar aún más hacia Dorian, lo golpearon y entre varios lo sujetaron, mientras lo sujetaban el veía como tomaban en el aire a Alanna de su cabello separándola de Seth y la golpeaban fuertemente en el estómago haciéndola escupir sangre.
—¡ALANNA!—Gritaba desesperado Dorian.
—Deberías relajarte, ahorita será tu turno jovencito.—Decía Hécate divertida.
—¡ERES UNA INFELIZ HECATE!—Gritaba con una fuerte furia Dorian.

Seth con sus pocas fuerzas, lanzó un ataque hacia el que se encontraba detrás de Profetus, una vez que cayó al piso el cuerpo, Profetus arrojó una lanza al que se encontraba golpeando a Alanna. Su cuerpo se clavó en la montaña.

Profetus corrió con todas sus fuerzas, hasta donde se encontraba Alanna ensangrentada.
—¡No puedes rendirte aún hermanita, eres una amazona vamos!—Grito Profetus cargándola.
—Salva a Seth, el té necesita.—Dijo Alanna en sus brazos.
—¡No digas estupideces! Los curaré a ambos, solo resiste porfavor.—Le gritó mientras corría.

Dorian se encontraba en el suelo viendo como Alanna y Profetus, luchaban por llegar hasta donde Seth se encontraba defendiéndose con su herida a medio sanar.
—¡MARINA AHORA!—Grito Dorian con todas sus fuerzas. —Lo siento princesa...—Dijo Dorian viéndola a lo lejos.

Dorian comenzó a enfriar a una manera sorprendente su cuerpo causando que lo soltaran, antes de que los cuatro pudieran agarrarlo, los mato todos con un solo movimiento.
—Este poder...¿será de?—Dijo Profetus girándose. —¡DORIAN DETENTE!—Grito Profetus dejando a Alanna alado de Seth.