Capitulo 31

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Profetus giró a la reina para que viera a Kristaphoros y mientras tanto tocó fuertemente la puerta, nadó junto a ella para ir detrás de él.
—¡Kristaphoros! Espera un momento.—Grito Profetus.

Este volteó y se detuvo, mientras los chicos comenzaban a despertarse. Dorian fue el primero en despertarse al sentir la presencia de su madre.
—Mierda...mi cabeza me va explotar.—Dijo comenzando a levantarse. —Princesa, tenemos que despertarnos.—Murmuraba comenzando a moverla lentamente.
—No quiero.—Decía haciendo pucheros. —Me siento muy mal, mi cabeza gira y quiero vomitar.—Explicaba negando.
—Por lo mismo necesitamos levantarnos, tenemos que llevarte a darte una ducha y buscar medicina.—Decía buscando con la mirada a los demás. —Al parecer Profetus nos dejó la medicina en el suelo.—Dijo nadando desorientado.

Al momento de agacharse sintió como la gravedad quería tirarlo pero logró levantarse, en eso giró y vio una escena extrañamente adorable.
—Princesa ven...—Decía Dorian susurrando.
—Ya te dije que no quiero despertarme, la resaca es horrible.—Dijo cobijándose por completo.

Dorian nado para meterse debajo de las cobijas, le dio la medicina para disminuir los dolores que la resaca les causaba.
—Vaya, eso funciona de maravilla.—Decía Alanna menos agobiada.
—La luz aún nos fastidiará y los ruidos altos pero de ahí en fuera lo demás desapareció, ahora ven.—Exclamo jalándola.
—Que quieres tan temprano ca...—Dijo para llevarse la mano a la boca.

Estaba Seth sentado y recargado sobre la base de la cama, con Marina sentada en su regazo, acostada en su pecho abrazada de él y el tenía sus brazos alrededor de ella.

Los cubría una enorme cobija a ambos pero esos detalles se alcanzaban a anotar a pesar de ella.
—Por los siete mares...—Decía Dorian sorprendido. —¿Crees que se estos dos se hayan besado?—Dijo cruzado de brazos.
—No lo creo, Seth no lo haría en esas condiciones.—Decía Alanna segura. —Aunque este escenario deja mucho que decir, ahora entiendes a lo que me refería antes.—Agregó con una mano en la cintura.
—No pensé que fuera real pero tenías razón princesa, estos dos se están enamorando lentamente.—Dijo Dorian abrazándola.
—Fuera de ser mi hermanito, será mi cuñado ahora.—Decía divertida.
—Me gusta la relación que están construyendo ustedes dos.—Decía Dorian junto a ella.
—Gracias cariño.—Dijo Alanna recargándose en su pecho. —El se volvió el hermano mayor que jamás tuve.—Agregó.
—Y tú eres la hermanita que él y Profetus jamás lograron tener Alanna, ambos te aprecian demasiado.—Decía alegremente.
—¿Deberíamos despertarlos o los dejamos dormir?—Pregunto Alanna.
—Tenemos que despertarlos, si mi madre andaba rondando es porque debe de haber planeado algún desayuno de bienvenida para nosotros.—Dijo Dorian haciendo muecas para hacerla reír.

La risa de Alanna hizo que comenzaran a despertarse, Marina comenzó a moverse primero provocando que Seth terminara de despertarse.
—¿Marina...como te sientes?—Decía Seth aún con sus brazos alrededor de ella.
—Nosotros nos sentimos de maravilla hermanito, gracias por preguntar.—Interrumpió burlona Alanna.

Marina brinco prácticamente del regazo de Seth y el color inundó sus mejillas notoriamente, gracias a todo ese zangoloteo ambos se marearon por la resaca.
—¡Por los siete mares! Mátenme ya, este dolor es infernal.—Decía Seth carisbajo con la mano en la frente.
—¿Cuanto tiempo tenían ahí?—Pregunto Marina nerviosa.
—Unos cinco minutos chango.—Decía Dorian agachándose en sus rodillas. —Veo que durmieron...calientitos.—Dijo burlón.
—Cállate idiota.—Dijo Seth empujándolo.
—Aquí tienen ambos y gracias Seth por ponerle la burbuja a Marina.—Dijo Alanna acercándose a ambos. —Bébanlo, tenemos un almuerzo con la reina.—Agregó.
—Mierda, ¿mi tía nos vio así?—Dijo Seth pálido.
—No, ni Zeus podría salvarnos del castigo que mi Madre nos daría a ambos por haber hecho tremendo desorden.—Dijo Dorian pasando saliva. —Profetus hizo de las suyas y evitó que nos viera a todos con resaca, dormidos en el suelo.—Agregó.
—Oportuno como siempre.—Dijo bebiendo la medicina.

Hasta el fondo del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora