Capitulo 41

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Marina se encontraba sentada en la cama viendo como Seth se tiraba al suelo a buscar entre su maleta su pijama. En cuanto la encontró comenzó a desvestirse para ponerse su playera y pantalón.
—Me volteare.—Murmuro Marina sonrojada.
—Mo hay problema, ¿por cierto estás tomando el elixir de 24 horas o el de 72?—Rio Seth al verla.
—El de 72, aún me quedan 48 horas.—Decía viendo el techo. —¿No te incomoda que esté aquí?—Agrego.
—Para nada, no es la primera vez que dormimos juntos.—Respondió.
—Las otras veces estaban los demás.—Dijo.
—Pero estábamos los dos, ¿te incomoda dormir conmigo o el que me cambié aquí, sinceramente?—Pregunto Seth poniéndose su playera.
—No me incomoda si no que, es extraño y ya sabes.—Respondió palmeando sus rodillas.
—No debería de serlo, solo somos tú y yo Marina.—Dijo incoándose y tomando sus manos mientras. —¿Donde quedó la amazona orgullosa que tanto me gusta?—Agrego jugando con sus manos.
—Argh.—Resopló sonriéndole.
—Ahí estas, solamente déjate llevar, siéntete en confianza conmigo digo hemos estado al borde de la muerte juntos en varias ocasiones Marina.—Contesto haciendo muecas.
—Eres un inútil.—Río pateandolo y haciéndolo caer.
—Cambiate y acostémonos.—Respondió en el suelo.

Marina asintió deshizo los nudos de los lazos que sostenían su vestido y cayó al suelo, logró escuchar cuando Seth pasó saliva y recordó el sentimiento de cuánto se besaron por primera vez.

Saco unos pantalones holgados y una camisa más larga que su torso. Se paró en la cabeza de Seth y se agachó para besarlo, después nado y gateo sobre la cama.
—¿Quien diría que terminaría acostado con la amenaza más temible por el hombre, una amazona?—Decía burlón.
—Eres un psicopata probablemente.—Dijo Marina quien se encontraba recargada en la cabecera con una de sus piernas dobladas.

Seth se pasó por sus piernas y la abrazó de la cadera mientras recargaba su cabeza en su vientre. Marina tenía las manos alzadas porque no sabía qué hacer hasta que decidió pasarlas por su cabello.

Después de un rato se encorvó quedándose dormida hasta que el peso de su cuerpo la forzó a ladearse, se quedaron dormidos así hasta que Seth se despertó por el cambio de temperaturas. Destendio la cama y la arropo con las colchas, después volvió acomodarse en su vientre y sintió el peso de sus brazos caer sobre sus hombros.

Mientras ambas parejas dormían tranquilamente, había alguien que aún vagaba en sus pensamientos. Profetus veía el techo y movía su vista hacia la ventana, se encontraba pensando en lo que había pasado en el baile.

Tenía un brazo flexionado detrás de su cabeza y otro sobre su estómago tapado por su colcha, llevaba el torso descubierto.

Profetus:
[No puedo creer que no la reconociera, si ella sabía quién era porque no me dijo nada. Debo confesar que es muy diferente a la última vez que la vi, es más alta y su cuerpo es de una mujer ya no de una niña aunque sus ojos debieron haberla delatado, ¿mi subconsciente me habrá cegado?]

Después de unos minutos el sueño lo tumbó, no había ni un alma despierta, todos dormían placenteramente. Profetus dormía boca arriba y comenzó a remolonearse por sus sueños.

————Flashback de Profetus————

Se encontraba montando a Ademia pero ambos eran más pequeños, giro y veía a una niña de cabellera azulada montar detrás de él gritando que la esperara.
—¡No vayas tan rapido Profetus!—Gritaba Seline de pequeña.
—Si no te apresuras jamás llegaremos.—Grito riéndose.

Seline palmeó el delfín en el que iba montada y este comenzó a nadar más rápido, ella comenzó a reír y se distrajo viendo a unas tortugas nadar que no noto que habían unos corales frente a ellos.
—¡Sel!—Grito Profetus al ver que el delfín la arrojó.

Hasta el fondo del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora