Capítulo 19.-Hedonismo.

750 44 24
                                    

—Despierta, por favor, despierta— rogué por tercera vez, totalmente apurada, presionada y vuelta loca de culpa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Despierta, por favor, despierta— rogué por tercera vez, totalmente apurada, presionada y vuelta loca de culpa. Volví a mover ligera y repetidamente el cuerpo de Holden, que jadeó y se giró al otro lado—¡Holden, por favor, tienes que despertar!— grité subiendo en cima suyo y zarandeándolo—Dorian va a llegar en unos minutos, por favor, tienes que esconderte.

—¿Q-qué?— preguntó, alterado y recién despierto. Estaba desnudo y tenía los ojos rojos y el cabello enmarañado, mientras gotas de mi cuerpo y cabello escurrían sobre él—¿Por qué estás empapada?— pregunta, mientras bosteza y yo bajo de él para correr hacia mi closet y lanzar ropa a la cama.

—Hoy trabajamos, lo recuerdas, ¿Verdad?— pregunto, quitándome la toalla de baño y saltando para ponerme ropa interior—Bueno, sabes que Dorian siempre viene a recogerme y llevarme al trabajo, yo acabo de despertarme y es tardísimo. Hay agua caliente, por favor dúchate rápido, apaga todo y quédate ahí un buen rato hasta que estés seguro de que ya me fui, intentaré que Dorian no curiosee o quiera desayunar, no sé, pero por favor tienes que esconderte.

Me puse unos pantalones de vestir y una blusa y mientras me apresuraba, se me iba cayendo la toalla al rededor de mi cabeza, que decidí soltar al suelo y apurarme a maquillarme mientras Holden me miraba.

—Holden, por favor, te lo ruego, escóndete— le pedí y él suspiró.

—No.

—¿Por qué no?

—Ayer... lo que pasó, ¿ya se te ha olvidado? 

—Creo que nunca se me va a olvidar— dije mientras me ponía rímel—Pero necesito que te escondas, en el trabajo hablaremos de lo sucedido, ¿Sí? ¿Podrías hacer eso por mí?

—Pero vas a romper con él, ¿No?

No respondí.

—Ana— me dijo—Es mejor que rompas con él ahora mismo, no quiero ser el amante. Podemos llegar tarde, te llevaré, mi coche está en el estacionamiento. 

—No voy a romper con él— dije— Hablaremos después, ¿Sí? 

—Que no.

—Bueno, entonces haz lo que te plazca— solté enfadada y salí de la habitación saltando para ponerme los tacones, me coloqué el abrigo, me despedí de Ofelia con un ademán de mano mientras estaba desayunando viendo la televisión, agarré mis llaves y mi bolsa y salí del departamento. 

Corrí todo lo que pude hasta el elevador, para poder bajar y sorprender a Dorian en la entrada y no tuviese necesidad de subir, pero justo cuando llegué a él y oprimí el botón, se abrió la puerta y ahí estaba él, distraído con su celular dio un paso al frente y yo lo agarré de la mano y lo volví a meter al elevador.

—Ah, hola— me sonrió sorprendido para después besarme los labios y yo sonreí nerviosa, esperando que Holden no fuese tan estúpido como para perseguirme y echar todo a perder.

LOS PECADOS DE ANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora