Capítulo 7.-Inmolación.

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Yo llevaba creyendo, desde el día uno de separación, que Dorian y yo debíamos estar juntos, y sé que él también lo creía, pero no era el momento, así que ambos esperábamos y esperaríamos por 10, 20, 30, o 40 años a que ese momento llegase

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Yo llevaba creyendo, desde el día uno de separación, que Dorian y yo debíamos estar juntos, y sé que él también lo creía, pero no era el momento, así que ambos esperábamos y esperaríamos por 10, 20, 30, o 40 años a que ese momento llegase. Afortunadamente, sólo fueron tres años y 4 meses de espera, porque yo tomé la decisión de dar la luz verde y abrir mi pecho a que su presencia regresara a mis brazos.

Consulté con mi psicóloga, hablamos mucho de eso, de si era lo mejor o no regresar con él, ella me dijo que primero tenía que reencontrarme con él, tentar terreno, no apresurarme, intentar que el sexo no fuese el punto focal y de comunicación entre nosotros, ni el bálsamo ni el faro de luz al que nos dirigiéramos siempre que nos perdíamos, tenía que conocerlo de nuevo, tres años es mucho tiempo y sorprendentemente poco, así que asentí, sabiendo exactamente qué hacer y estando sorprendentemente tranquila. 

No pregunté sobre la opinión de nadie, yo ya había tomado la decisión de reintegrarlo en mi vida, como amigo, como novio, o como lo que él deseara y aceptara, y eso estaba decidido, pero sí que hablé de ello con Julian y Maya, que se alegraron por mí y me desearon suerte e ir con cuidado, a Brianna sólo le comenté un poco mi plan y ella me sonrió y me dijo:

—Me alegro por los dos— soltó emocionada—No te diré si te extraña o si le hará feliz verte, tienes que verlo tú misma y la sorpresa y expectativas serán mejores si no digo absolutamente nada— me abrazó y yo asentí divertida. 

Cuando se lo conté a Ofelia me miró como si realmente estuviese loca, pero asintió y me prometió no contárselo a Holden, aunque yo no sabía si lo decía por nuestro trato reciente de no entrometernos en ese tipo de cosas o porque, en el fondo de su corazón, sabía que él seguía amándome y saber que yo iba a regresar con alguien a quien odiaba tanto era lo peor que le podía pasar y escuchar. Yo realmente me molesté con Ofelia por ello, pero no dije nada.

Sabía que tenía que hablarlo con Holden, tenía que resolverlo todo antes de que ocurriera la boda y antes de volver a conectar con Dorian, porque no podía entrar en esa habitación sin haber cerrado antes la anterior. Tenía que resolverlo todo, tanto si dolía o incomodaba como si no.

 Invité a Holden a cenar en mi casa, él se extrañó demasiado, pero me dijo que sí por mensaje. 

Me puse un vestido negro con mangas transparentes y tejidos de estrellas y constelaciones, y unas plataformas que me encantaban además de que me dejé el cabello suelto y mientras terminaba de hacer la comida, él llegó con su típico traje, pues era martes y había trabajado, le sonreí ligeramente y le indiqué que se sentara mientras servía la comida. Hablamos un rato de cosas triviales como el calor que hacía, o las noticias, él parecía feliz, más feliz de lo que nunca lo había visto con Ofelia, pero no dije nada al respecto, porque sabía que yo no parecía nada feliz.

—Bueno, quizá te estés preguntando por qué te cité en un lugar tan privado y que no es de tu agrado— digo y él bufa.

—No es que desprecie esto, es sólo que podrías vivir en un lugar mejor—decidí no responder, porque no quería discutir por eso. 

LOS PECADOS DE ANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora