Capítulo 9.-Espurio

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Al otro día desperté con el cuello amoratado, la cabeza me palpitaba, el cuerpo sólo daba atisbos de moverse ligeramente y con mucho esfuerzo, así que hice lo que siempre hacía cuando a mi padre se le pasaba la mano; Llamé a mi jefe y le dije que ...

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Al otro día desperté con el cuello amoratado, la cabeza me palpitaba, el cuerpo sólo daba atisbos de moverse ligeramente y con mucho esfuerzo, así que hice lo que siempre hacía cuando a mi padre se le pasaba la mano; Llamé a mi jefe y le dije que hoy no podría presentarme a trabajar.

—Estoy resfriada— mentí mientras hacía la voz nasal. En eso era buena; en mentir, así como había mentido toda mi vida. Mentir acerca de Julieta y su trabajo me hizo sentir pésimo y terriblemente culpable, sólo esperaba que mis padres no le dijesen nada a los suyos. 

Lo único que me había sorprendido de ayer, era que mi padre había decidido golpearme en la cara, algo que nunca hacía, él sabía que eso sería como exponernos ante la gente y quería guardar apariencias.

Me levanté con mucho cuidado, me desnudé y miré mis moretones en el cuerpo, piernas, costillas, vientre y de pronto fui demasiado consciente del cuerpo por el que estaba recibiendo ese tipo de castigos y golpes, ¿era vil? ¿tenía el deseo de hacer el mal como decía mi padre? Para él todas las mujeres eran eso, seres viles, manipuladoras que utilizan su cuerpo para hacer el mal y tentar a los pobres hombres, y yo me estaba convirtiendo en eso.

Me llegué a odiar, a odiar mi cuerpo, a detestar tener esos pechos maduros y turgentes. Mi cuerpo, ese era el problema, mi padre me odiaba por él, si hubiese sido hombre no me odiaría. Los detestaba, a los hombres, les tenía una envidia malsana, ¿por qué ellos podían elegir? ¿por qué a mí me quitaban esa opción? Pero todo ese tipo de preguntas me las había preguntado años antes y en ése momento, frente al espejo, desnuda, sentí dos verdades aplastantes: No soy una buena hija, soy una traidora de dos maneras, dependiendo de cómo lo veas; Me he traicionado a mí misma, a mis ideales, incluso a mi género por haber llegado a desear dejar de ser lo que soy, esa era la verdadera traición. La otra traición era a mi familia. 

Era una loba entre ovejas, soy diferente y esa diferencia en ésas circunstancias no era buena o virtuosa.  Quería gritar, quería llorar y arrastrarme al útero materno, regresar, volver, redimirme, quería huir del dolor. Quería gatear a las rodillas de mi padre, prometerle que no volvería a hacerlo, a ser una mala hija, no volvería a pensar mal de él, no volvería a sentir verdadero odio y rencor, pero eso sería una mentira, algo momentáneo, un sentimiento que tenía de vez en cuando porque aún después de todo yo lo quería como cualquier hija puede querer a un padre, como una forma de reconocerme en el mundo.

Sabía que hoy tenía que pedirle perdón, siempre era yo la que tenía que rogar por perdón, pedir clemencia ante él, y, por primera vez, me negué. Fue la primera vez que comprendí que ningún futuro podía albergarme a mí, arrastrándome hacia él y pidiendo perdón y a mí siendo yo misma. No había destino que nos tolerase a Ana falsa y Ana verdadera juntas. Si yo regresaba y le daba el poder de perdonarme, seguiría siendo una niña para siempre y yo necesitaba alejarme de él, ser una adulta.

No había culpa suficiente en el mundo y mucho menos en mi cuerpo como para sentir que me estaba traicionando a mí misma dos veces, al mentir tanto y llevar dos vidas, y sentir que estaba traicionando a mi familia por ser lo que era y traicionándome a mí por fingir ante mi familia y el mundo. Tenía que elegir una sola, y sentí todo ese peso encima.

Yo era un animal nacida en cautiverio que no diferenciaba si había vidrio o no porque al final del día daba igual, no conocía nada más, y aunque escapara, no importaba, mentalmente seguía encerrada. Después pensaba que mi padre podía cambiar, con el tiempo, pero es una tentación inventar una especie de humanidad ante los malvados y tiranos. Que idílico suena. 

Estaba harta de ser ése animal con esperanzas de que su domador no la golpeara tanto, que si hacía bien los trucos, dejarían de maltratarme. Llegué a mi límite, el espurio en el que vivía se había estrellado.

Así que curé mis heridas con ungüento para el dolor muscular después de ducharme, rasguñé la imagen impoluta que tenía yo de mí en mi papel de la hija sumisa, era como si con cada acción estuviera destrozando poco a poco la imagen que tenía yo misma de mí y por consecuente la del mundo. 

No era que pudiera olvidarlo fácilmente como las otras miles de veces que me había golpeado, ésta vez estaba cambiando más rápido que antes, quizá era la valentía que Dorian me hacía sentir, quizá llegué a mi límite, pero si yo cedía y pedía perdón por algo de lo que yo sabía que no debía pedir ningún perdón, no sólo era sucumbir, era cederme a mí misma, entregarle mi custodia de pensamientos a mi padre. No podía seguir renunciando a mis creencias sobre el bien y el mal, sobre la realidad, sólo para que mis padres lograran quererme, porque ni así daba algún resultado, así que empecé a idear un plan de huida.

¿Qué podía hacer?  ¿Cómo podía transformar ésta ira y convertirla en algo que pueda serme útil? 

Cuando me gradué de la preparatoria me juré que trabajaría en el mini super hasta que ahorrase lo suficiente para poder pagar mis estudios universitarios, pero nunca podía hacerlo. Mi padre se había enterado de mis planes y empezó a cobrarme por cada cosa que se le ocurriera tan sólo para que no pudiese huir. Tuve que empezar a mentirle respecto a cuánto ganaba y esconder mi dinero, así que tenía unos ahorros bastante considerables.

Podía pedirle a Ofelia asilo, podíamos vivir juntas. Tenía que buscar un departamento que no sea tan caro y además cerca de aquí, por mi trabajo, ahorraría más y buscaría uno mejor, pero eso sería después.

 Tenía que buscar un departamento que no sea tan caro y además cerca de aquí, por mi trabajo, ahorraría más y buscaría uno mejor, pero eso sería después

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HOLAAAAAA, espero que les esté gustando muchísimo, a mí ciertamente sí <3 

LAS TKM, graciasssssss <3 <3 <3


LOS PECADOS DE ANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora