Capítulo 18.- Halloween 🎃 3 🎃

1.3K 104 48
                                    

Después de aquello, sintiéndome como una zorra, me levanté y caminé hacia la puerta que asumí sería un baño para poder vestirme

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de aquello, sintiéndome como una zorra, me levanté y caminé hacia la puerta que asumí sería un baño para poder vestirme. Efectivamente, era un baño, que estaba unido a la habitación en donde estaba con Tony, el pasillo y otra puerta extra que asumí sería otra habitación. Empecé a vestirme hasta que escuché a Sarah hablar con Dorian, me asusté un poco pero, como soy una completa chismosa y además Sarah no es santa de mi devoción, me acerqué a la puerta con sutileza y pegué mi oreja para poder escuchar mejor.

—Por favor, Dorian, tú sabes que es extraña, admítelo.

—Me agrada— dijo él y yo tragué saliva, ¿estaban hablando de mí, de Ofelia, de alguien más?

—Yo quiero golpearla cada que hace esa cara de inocente, por favor, nadie le cree nada. Todos sabemos que es una perra, no por nada es amiga de Ofelia, ¿no? pero al menos Ofelia cae bien porque es cínica y admite ser una perra, Ana no, ella finge ser santa y casta cuando es una zorra perturbada. Apuesto a que le encanta por el culo, o BDSM, alguna de esas mierdas fuertes.

Dorian no respondió por unos segundos, estuve aliviada de que no lo hiciera, de que no se dejase influenciar por el veneno de Sarah. Tampoco lograba entender por qué me odiaba tanto, rara vez cruzábamos palabras, y las que cruzábamos eran cordiales, ¿Qué hice para que me tuviese tanta saña?

—Podría apostar dinero a que tiene fotos tuyas en su habitación y en su celular, quizá hasta robe cosas de tu casa. Está obsesionada de ti, ¿es que acaso no lo notas? te ve como si fueras el mismísimo Jesús reencarnado— y empezó a reírse.

—Sarah..., basta, por favor.

—¿Qué? ¿Te molesta que me ría de esa pirada porque ahora te la coges?

—Puedes hacer lo que quieras, sólo que... me parece retorcido que hables así de ella, es obvio que tiene algún tipo de problema subyacente. Podrías mostrar más empatía por ella, al final del día es mejor amiga de Ofelia, que es tu amiga, ¿no? y según sé, no te ha hecho nada malo.

—Sólo la defiendes porque ahora es tu favorita, después la botarás igual que botas a todas, pero ¿adivina qué? a mí no me has botado y eso me parece más valioso. Las cosas que no duran no valen la pena.

—No es mi favorita, sólo paso algún tiempo con ella, me agrada.

—¿No lo es? ¡Pufff! Mentiras, Dorian, mentiras, y lo sabes. La semana pasada te llamé y ni siquiera te dignaste a responder, antes venías a pasar los días conmigo, ahora no tengo ni eso. Sólo a veces, y no te atrevas a decir que estás trabajando, porque sé muy bien que estás con ella.

—Sarah, por algo no somos novios, no me gustan éstas escenas de celos, yo desde el inicio te dije que yo no me comprometía con nadie. Lo sabes, así que no tienes derecho a reclamar absolutamente nada.

—Bueno, bueno, sí, tienes razón, pero... entiéndeme, me parece muy poco digno que prefieras pasar más tiempo con ella que conmigo. Mírame a mí y mírala a ella...

LOS PECADOS DE ANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora