Despedidas de solteros

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Rápidamente había llegado la cena, los nervios de Mey estaban a flor de piel, más las hormonas revolucionadas por el embarazo, era una bomba de tiempo andante. La tarde anterior había sido tranquila y muy conversada, al final Thomas y Matilda habían quedado con un maravilloso menú para su ceremonia, y los chicos habían aprovechado para invitarlos a su cena de solteros.

 Rápidamente había llegado la hora, el lugar de encuentro sería la casa de Mey, al ser grande y tener un amplio patio, que mejor que hacer la comida al aire libre, además tenía un bar techado en una esquina de la terraza, y al otro extremo del patio, una piscina.

Se encontraban al lado del bar  Ignacio conversando con su hermano ( Gustavo),Santiago y Patrick,  en el otro extremo del bar los padres de los novios, Samuel y Emil, conversaban con Peter, Domingo y Victor, mientras que Soledad y Helena,  conversaban animadamente con Sara (Madre de Ignacio), Eva ( Madre de Nicko) y Elsa (Madre de  Mey) , un poco más lejos, sentados en un juego de terraza Ade hablaba animadamente con Sebastiano el abuelo de Matilda, y los abuelos paternos de Thomas, Daniel y Marianne, que habían viajado desde Zúrich, contándole acerca de lo acontecido para el compromiso  de los chicos y reían como adolescentes. 

Mientras que en otra parte  las chicas cotilleaban nerviosamente y los hermanos de Thomas corrían libremente por la casa.

-Espero que todo salga bien- decía Mey- con tan poco tiempo solo esto pude hacer- comentó ella refiriéndose a una gran mesa decorada con manteles de color rojo colonial, los cuales se contrastaban con la vajilla blanca y los adornos florales sobre la mesa. Por otra parte una mesa banquetera, llena de diferentes comidas, frías como calientes, ensaladas y postres.

-Mey, te has superado, está todo maravilloso- intentó tranquilizar Nicko- me ha encantado las antorchas que has puesto alrededor de la piscina, hace que esto se vea completamente hogareño e intimo- sonrió.

-Pues creo que hoy es momento de redimirme- interrumpió  Paula mirando a ambas chicas - lo que hice no estuvo bien, jamás debí enviar esa fotografía con tanta mala onda- expresó- la verdad es que de algún modo sentí envidia por lo que ellos tenían.

-Sabes, debes replantearte algunas cosas- le aconsejó Nicko- le has hecho ya mucho daño como para seguir haciéndoselo, primero ayudas a un psicópata a “raptarla” y luego le envías esa foto a Thomas, si a ti te tocó vivir una vida difícil, fue por que tu quisiste que fuera así …

-Lo que siembras, cosechas- explicó Mey- en fin estoy nerviosa, les tengo preparadas tantas cosas- contó, en ese instante se escuchó el llanto de un bebé.

- Ven acá bebé con tu tío Ignacio- decía el chico mientras arrebataba de los brazos de Tavo a la pequeña Constanza- tu padre no sabe como tratarte ¿eh?- le decía a la bebé que en ese instante sonreía.

Ante esa imagen Mey, se emocionó y sacó su móvil, capturando el momento- Definitivamente se le da naturalmente eso de ser padre- susurró Nicko mirando lo mismo que su amiga.

-Piensa que en seis o menos meses estará así él con su propia hija- agregó Paula- aun que no lo creas, el tiempo pasa rapidísimo.

-Lo sé- contestó Mey.

En ese instante, la ama de llaves avisó a Mey que había llegado Matilda y Thomas, rápidamente todos se acomodaron en sus lugares correspondientes en la mesa y esperaron a que ellos ingresaran.

Thomas y Mati venían de la mano, sonriendo.

-Wow- dijo ella- Mey eres una mentirosa, dijiste que sería algo sencillo entre nosotros, y has invitado a casi todos- sonrió y abrazó a su amiga.

-Lo siento, pero con algo tenía que atraerte hasta acá y lo demás es algo sorpresa- se disculpó.

-No importa- habló Thomas- esto luce perfecto y muchísimas gracias- expresó.

Mi eterno amor de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora