Mi eterno amor de verano

Definitivamente... Halloweed...

La fiesta había sido un éxito total, definitivamente si las paredes de esa casa hablaran contarían muchas cosas, la primera en levantarse fue Mey, se encontraba en la cocina preparando un poco de café, jugo y tostadas, al mirar el refrigerador se dio cuenta que aun quedaba torta, la cogió y la botó a la basura.

-“Para evitar”- pensó.

Poco a poco se comenzó a llenar la cocina, algunos invitados deseosos por una buena taza de café, otros para un jugo mañanero y los demás para comer algo que no fuera esa “bendita torta”. Comían en silencio mirándose alternativamente, mientras una divertida Mey tarareaba una canción.

-Buenos días querida familia- habló alegremente David al entrar a la cocina y ver a todos silenciosos- ¿Qué sucede? ¿Falleció alguien?- preguntó.

-Por ahora no- respondió Santiago, el cual la noche anterior al llegar atrasado solo había alcanzado a comer de la “torta milagrosa” y alcohol.

De pronto un grito hizo que todos los presentes se sobresaltaran, Ignacio, Santiago, David, Mey, Luciana y Nicko corrieron rápidamente para ver lo que pasaba, al llegar al lugar, encontraron a Matilda, Thomas, Alonso y a dos adultos bajo una sábana “tratando” de ocultar lo evidente.

-Elena no reacciones así- decía Samuel- sé que somos exs, pero teníamos ganas y pasó.

-No, no , no y más no- gritaba ella desesperada- no lo puedo creer, juré y re juré que jamás me acostaría contigo- sollozaba- llevamos cuantos años separados y ahora pasa esto…

-Mujer, no seas exagerada ayer las cosas se salieron de control y pues… este es el resultado… además hasta los chicos se dieron cuenta…

Flash Back

La fiesta estaba en pleno apogeo, bailando, algunos conversando y riendo, otros más osados en algún rincón de la gran casona. Mey miraba como todo el mundo se encontraba relajado y desinhibido, era un circo lo que estaba viendo, lamentablemente muy pocos recordarían lo que había sucedido.

-Jamás había consumido sustancias ilícitas- confesó Santiago con una sonrisa boba en la cara.

-Esto es simplemente una locura total- gritaba Alonso- ¡siento que puedo hacer todo!

-¡Definitivamente esta es la mejor fiesta de compromiso que he asistido!- dijo David.

-¡No puedo creerlo!, miren a los padres de Matilda, ¿ellos no estaban divorciados hace años?-preguntó Nicko mirando una escena bastante comprometedora de los progenitores de la chica, los cuales parecían dos adolescentes hormonales compulsivos.

-Búsquense un motel… y háganme un hermanito- gritó Matilda.

-¡Iugh! parecen dos pulpos- expresó Ignacio- pero no los culpo... yo también tengo unas ganas tremendas de besar y tocar a mi novia así- se acercó a Mey y la besó- pero tengo que seguir los siete pasos.

-Por la mierda Ignacio, comenzarás con lo de los siete pasos- criticó Thomas, y venía con Matilda de la mano- déjate de estupideces... siete pasos... siete pasos... ¡siete pasos de mierda!- sonrió al ver como Ignacio se enojaba- vive...como tengas que vivir.

-¡Me tienen loca con sus siete pasos de mierda!- gritó Mey- son unos odiosos- miró a los padres de Matilda- en la segunda planta hay una habitación disponible para ambos.

Ambos adultos dejaron de besarse y habían ingresado a la casa.

-Uffff… definitivamente mañana mi madre querrá morir- susurró Matilda.