Una celebración y una despedida

2.3K 83 6
                                    

La noche anterior para Matilda había sido perfecta y sería un recuerdo  imborrable de su memoria, luego de la hermosa sorpresa preparada en el restaurant por Thomas, había continuado la celebración de dos hasta altas horas de la madrugada, luego de la cena siguieron con un paseo a un mirador, en donde vieron las estrellas e hicieron algo más bajo ellas.

Con una mano trató de cubrir su desnudez y con la otra buscó a tientas a…

-¿Thomas?- preguntó aun con los ojos cerrados- ¿amor?- abrió los ojos y se encontró sola en la habitación, se asustó e inspecciono el cuarto, cuando descubrió que aún se hallaba la ropa de  la noche anterior en el suelo, suspiró. De pronto por el pasillo se sintieron pasos, rápidamente se cubrió con las ropas de cama y se hizo la dormida.

-Aún está durmiendo- susurró Thomas- ¡Mierda! Las velas se me derriten…-tosió-Cumpleaños feliz… te deseamos a ti, cumpleaños Matilda… que los cumplas feliz- cantó alegremente el chico a su mujer, mientras esta lo miraba emocionada , no todos los días el hombre de tus sueños te canta el cumpleaños feliz con una tarta y tan solo en ropa interior. -Sopla las velas cariño y pide los deseos.

Ella se acercó al pastel de cumpleaños, cerró los ojos y sopló.

-Felicitaciones mi vida- dijo él acercándose y besándola tiernamente- Buenos días.

-Buenos días- contestó.

-Espera un segundo enseguida regreso- señaló y salía de la habitación rápidamente.

A los pocos minutos Thomas ingresaba con una enorme bandeja con sándwiches, frutas, leche, té, jugo, un enorme trozo de tarta y una rosa roja.

-No dejarás nunca de sorprenderme ¿no?- dijo ella mirándolo tiernamente.

-Jamás mi vida- contestó él sentándose en la cama al lado de ella -¿te gusta?.

-No- respondió- me encanta- se besaron.

Por otra parte también desayunaban Nicko y Alonso, comían cereales, fruta y  algunos pasteles que la madre de Nicko había dejado sobre la mesa. Ambos se miraban y reían de tan solo acordarse en que había terminado la cita doble de la noche anterior. De fondo se escuchaba la voz de Evita sermoneando a Nadia y Tavo.

-Son adultos ya, ¿cómo es eso que no tenían dinero para pagar el motel y el taxi?-gritó furiosa- Me despiertan a las 6 de la mañana, para pedirme que los vaya a buscar y al llegar allá, me doy cuenta que es un motel- suspiró y lo peor es que tuve que cancelarles la noche de pasión que pasaron.

-Mamá... yo- interrumpió Nadia.

-Mamá nada... estoy...furiosa...- replicó Eva- espera que tu padre se entere.

-¿Que me entere de que?- preguntó Víctor bajando por la escaleras.

-Señor Schulbach- susurró Alonso. 

-Papito no...

-Anoche tuve que recoger a tú hija en un motel y luego pagarle la estadía.

Flash Back

Luego de la pizzería el grupo había decidido ir a bailar a un céntrico club de la ciudad el cual todas las noches poseía música en vivo, una barra internacional y  una amplia pista de baile. Esa noche correspondía “Noche de Rumba”, en donde el trago especial era el mojito, y el ron, y la música se escuchaba por lo menos a dos cuadras de distancia.

Al ingresar se divisaban meseras con vestidos blancos largos, con mucho volumen en la parte inferior y grandes escotes, además de un peinado que combinaba con la vestimenta, que consistía en un recogido con una flor tras la oreja. Por otra parte algunos hombres se encontraban tan solo con unos pantalones oscuros y el dorso desnudo, mientras que otros más recatados con una camisa blanca y recogida en los brazos.

Mi eterno amor de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora