-¿Thomas que significa esto?- preguntó Matilda.
-Amor, este… yo… bueno –tartamudeó nerviosamente- Mati no deberías haber llegado ahora.
-Es que Thomas esto no necesita explicación- dijo Matilda- esta todo más que claro.
-Amor, de verdad yo no quería que tú vieras esto así- contestó él.
-Es perfecto – contestó ella mientras se lanzaba a los brazos de Thomas y lo besaba.
-Mati, yo quería que vieras esto terminado, aún falta.- susurró él- quedé con los pétalos en la mano- le mostró el puñado de pétalos en su mano- no alcancé a ponerlos en la cama.
-Thomas- dijo visiblemente emocionada la chica- jamás en mi vida me habían preparado algo tan bonito- lo abrazó- me encantas, te quiero tanto… tanto mi amor.
Comenzaron a besarse tiernamente, la habitación estaba completamente iluminada por velas blanca y rojas, en los veladores situados a los lados de la cama, habían ramos de rosas, en el balcón en la pequeña mesa, yacía una botella de vino y dos copas, tan solo iluminadas por una vela solitaria, todo este ambiente se veía envuelto en una suave música y un aroma de incienso de coco.
-Pensaste en todo- susurró Matilda- gracias por ser como eres- sonrió. En ese instante ambos se recostaron en la cama, Thomas sobre Matilda, comenzaron a mimarse, él acariciaba la mejilla de ella con una mano y con la otra el vientre bajo la blusa, mientras que ella acariciaba el cabello de él y tocaba sus labios.
En ese instante ella separó los centímetros que los separaban y lo besó apasionadamente, lamiendo y mordiendo los labios del chico. En ese instante giraron y Matilda quedó sobre él y comenzó a desabrocharse botón por botón, Thomas intentó ayudarla, pero se vio interrumpido.
-No, aún no- sonrió traviesa Matilda- se mira pero no se toca- dijo.
-¿Se toca pero no se mira?- contestó Thomas mientras cerraba los ojos en broma e intentaba tocar a Matilda.
Ella continuó hasta que se sacó la prenda, dejando tan solo un brasier rosa con encajes, frente a los ojos del chico, y comenzó a tirar de la polera que cubría al chico, sin dudarlo la sacó de un solo tirón.
Matilda comenzó a acariciar el pecho desnudo de Thomas, y a besar su cuello, mientras este soltaba el broche del brasier de ella, dejando sus pechos al aire, los observó, comenzó a acariciarlos y besarlos, mientras Matilda soltaba pequeños gemidos y suspiros.
En ese momento, Thomas tomó él control, tomó a Matilda y puso contra la cama, la besó, con pasión y deseo, él desde que la había visto que tenía ganas de ella, su cuerpo pedía más de ella, su boca saborearla entera, sus labios, besarla toda, y conocer hasta los más recónditos lugares de aquella chica y de su corazón.
-Te quiero- susurró rompiendo el beso- te quiero Mati.
-Yo también te quiero mi amor- susurró ella en los labios del chico.
Pasó una mano por detrás de su cintura y la estrechó contra su cuerpo, y ella colocó ambas manos en sus fornidos hombros. Se miraron como si fuera la primera vez que ambos se veían, él la besó, primeramente fue un roce de labios, fue tornándose más y más pasional. Él pasó la punta de su lengua por los labios de ella, que dejó escapar un suspiro y entreabrió la boca, acogiendo la lengua de Thomas. Exploraron sus bocas, enredaron sus lenguas, mordieron sus labios. Descubriendo lo que les gustaba el sabor del otro. Descubriendo que besarse era una sensación tan maravillosa y que con cada beso, necesitaban más y más del otro.
Matilda subió sus manos y enredó sus dedos en el suave cabello de él, revolviéndoselo, y tiró delicadamente de la cabeza del chico, acercándolo más a ella.

ESTÁS LEYENDO
Mi eterno amor de verano
Ficção Adolescente¿Quién dice que los amores de veranos, no pueden ser para siempre?Matilda, comete un error por el cual piensa que el supuesto amor de su vida se ha ido para siempre, sin embargo, sin ella sospechar,sus últimas vacaciones antes de entrar a la univers...