Mi eterno amor de verano

Reaccionando

Las cosas iban de mal a peor. Tavo se había duchado y se encontraba vistiéndose, mientras en la habitación continua, una cabizbaja de Nicko,  se reprimía todo lo que sentía, ella sabía que lo que su novio iba a hacer era solamente por ella y por hacer feliz a Thomas, pero algo en su interior le decía “donde hubo fuego cenizas quedan”, tan solo llevaban unos días saliendo, dos días como novios, y con paula habían durado muchísimo tiempo. No aguantó más, tomó el teléfono de Tavo, saco el número de Alonso y lo llamó, tenía que asegurarse. Discó el número y esperó.

-¿Aló?- contestó Alonso aún medio dormido- ¿Quién habla?

-Alonso, soy Nickol, Nickol Schulbach- dijo ella secamente- por favor, no me cortes, necesito hablar contigo.

-Creo que la última vez que hablamos las cosas las dejamos claras- contestó - ¿Qué quieres? ¿Acaso no sabes que los días domingos es de mal gusto despertar a las personas temprano?- suspiró- se supone que estas con mi hermano, ¿Qué sucede?

En ese instante Nicko se quebró y comenzó a sollozar- precisamente por eso te llamo- sollozó-  quiero saber una sola cosa Alonso, y quiero que seas sincero- suspiró- ¿Gustavo aún siente cosas por Paula?

-¿Se han encontrado a Paula allá?- preguntó él.

-Sí- afirmó ella- quiero saber si él siente cosas por ella aún, si vale la pena arriesgarme en esta relación.

-Nicko, sabes lo que me haces sentir, no me hagas decirte cosas que sabes, mi hermano no es para ti, ni tú para él y lo sabes, por eso son tus dudas ¿o no?

-Alonso, yo estoy saliendo con tú hermano- confesó ella.

-Entonces creo que no tenemos nada más que hablar, has tomado tu decisión, toda decisión tiene su reacción, elegiste a mi hermano, olvídate que existo- respondió fríamente él- cuídate Nicko, solo eso…- y cortó.

Ella se sintió más confusa que nunca, sabía que en el fondo, dudaba, sabía que lo había intentado. Abrió la puerta y vio a Tavo, el al verla le otorgó una sonrisa triste. Ambos sabía lo que podría pasar y los costos que podría tener.

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Por otra parte Thomas con Mey e Ignacio conversaban y comían algo.

-Sabes que cuentas con nosotros para lo que sea Thomas, estamos en esto juntos- dijo Mey- falta poco, tenemos las sospechas donde está Mati, no te derrumbes ¿vale?.

-Amigo, Mey tiene razón, tienes que estar bien para encontrar a Matilda.

-Gracias chicos, de verdad gracias por todo- suspiró- se me hace difícil todo esto, ustedes entienden, si se perdiera Mey, seguramente Ignacio estaría desesperado y si fuera al revés sería lo mismo.

-Thomas, con Maryorie terminamos- dijo Ignacio mirando fijamente el piso- la situación no es la mejor para estar dando este tipo de noticias, pero hemos decidido terminar.

-Cuanto lamento oír esto- suspiró- hacían una excelente pareja- agregó Thomas- espero que regresen y solo haya sido una mala decisión.

-Tiempo al tiempo- dijo Ignacio- quién sabe…

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Mientras aún en la cama Joaquín acariciaba a una Matilda desvanecida, delineaba con su índice, el cuello de la chica, bajando a sus pechos, acariciando sus pezones, descendiendo a su ombligo y continuó trazando el camino.

-Contrólate hombre-dijo en voz alta y retirando la mano del cuerpo de la chica- Mati… mi querida Mati, al fin juntos- comenzó a besarla y ella poco a poco a reaccionar, abriendo los ojos y asustándose nuevamente.