Bendito Facebook...

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Las chicas habían regresado a la rutina, ya hace dos semanas Mey y Matilda compartían esa gran casa, definitivamente faltaba su tercera parte.

-La extraño- dijo Mey- en serio que sí, pero sé que está en buenas manos.

-Así es, en un momento tendremos que todos dejarnos ir, todos tenemos distintos sueños- contestó Matilda- los míos son viajar, aprender idiomas, conocer otras culturas, ayudar a la gente.

-Siempre alejándote ¿no?,- preguntó Mey.

-Ahora si, eso es lo que quiero, los días con Santiago me hicieron pensar y pues, amo a Thomas con todo mi ser, pero vi que la besaba, vi como ella lo besaba y mi mundo se vino abajo- habló ella.

-Entiendo, son tus decisiones y yo las respeto- respondió su amiga- ¿Quieres?- ofreció huevos revueltos con panceta. Matilda no alcanzó a responder, pues lo poco y nada que había ingerido lo devolvió.

Corrió hacia el baño y vomitó, mientras tas ella Mey la ayudaba cogiéndole el cabello.

-¿Qué me sucede?, llevo ya 10 días así- susurró ella, mientras cogía papel higiénico para limpiarse la boca.

-Amiga, ¡tantos días! ¿Qué tal te va con la regla? ¿Te ha bajado?...

-¡Mierda!- Matilda se levantó y corrió hacia su habitación, cogió su agenda- ¡mierda!... ¡mierda!... ¡mierda!.... Mey, estoy retrasada en dos semanas...- comenzó a llorar descontroladamente- Mey... es probable que este embarazada...- sollozó y abrazó a su amiga- ¿que haré? ¿Que dirá mi papá?, ¡Oh Dios!... ¡mi mamá!.

- Amiga, los bebés no se hacen solos- habló Mey- deberás pensar en Thomas.

Matilda solo lloraba e hipaba, en un segundo su vida había dado un giro de 180°, dejándola de cabeza, un bebé... ¿Qué haría con un bebé?.

-Mañana irás a primera hora a hacerte un examen de sangre para  ver si estás embarazada.- indicó Mey- ahora, no llorarás por que aún no sabes los resultados- la miró- pase lo que pase cuentas conmigo- abrazó fuertemente a Mati- ahora recuéstate, yo iré por un vaso con agua y un té ¿vale?.

Matilda solo asintió y se recostó en su cama, la mirada perdida sin brillo y una preocupación enorme... ¿Qué le diría a Thomas?, habían pasado dos semanas de aquel incidente y ninguno había buscado al otro, día a día se extrañaban, pero por orgullo, ninguno se comunicaba con el otro.

Mey bajó rápidamente las escaleras, cogió el vaso, lo llenó de agua y bebió, "su mejor amiga sería mamá"- que felicidad- pensó. En ese instante sonó su teléfono, era Ignacio.- Amor, que sorpresa, ¿Qué tal?.

-Bien amor, aquí en la biblioteca estudiando y  extrañándote demasiado preciosa- dijo el chico- quiero que pronto sea el fin de semana y nos veamos.

-Yo igual amor, esta vez viajas tú ¿verdad?- preguntó ella.

-Si, yo creo que si, aun que tengo mis dudas amor... pues... Mey, tu sabes que yo no te puedo ocultar nada ¿no?- dijo él.

-Si amor, que ocurre, no me asustes, ¿pasó algo?- contestó ella.

-Si, la verdad es que sí, es sobre Thomas- respondió él.-Disculpa que te lo diga por teléfono, pero tenía que decírtelo, él se va como voluntario por dos meses a  la selva de Brasil- dijo el chico.

-No se puede ir, menos ahora- suspiró- aún no es confirmado pero, parece que Thomas va a ser papá- confesó Mey- Matilda está con retraso de dos semanas.

-¿Qué?- gritó desde el otro lado del auricular- ¿y él sabe?- preguntó.

-Aún no, amor debo ir a ver a Mati, se siente mal, está con nauseas y llorando, por favor, no le digas nada a Thomas, ¿okey?- dijo ella- te llamo mas tarde, te amo.

Mi eterno amor de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora