Instinto de preservación

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Las semanas habían pasado, y rápidamente habían llegado los finales, Matilda estaba como loca finalizando el informe que debía entregar en pocas horas, Thomas estaba por terminar sus prácticas, le quedaba solo una y afortunadamente  un examen oral de una asignatura ese mismo día, luego ellos comenzarían  sus vacaciones e iniciarían  un nuevo desafío, llevar a cabo la organización de su boda, no boda, pero una unión al fin y al cabo.

Mey tenía  tres meses y muy pronto sabría el sexo de su bebé, las ansias por saber pronto la condición de su bebé, los nervios, ya que podría pasar cualquier cosa y las preocupaciones simplemente se debían a que pronto sabrían si su bebé estaba completamente sano. Esos factores azotaban fuertemente su relación con Ignacio, sin embargo Él estaba tomándoselo con calma y apoyándose mutuamente, mejorando y reforzando su relación día a día.

Por otra parte Santiago aun andaba en las nubes, después de viajar y pasar tres días maravillosos junto a Luciana, se había percatado que sus sentimientos no había cambiado por la novia de su amigo, que era injusto involucrarse con Luciana, escudarse en una relación, y que la única solución disponible era guardar silencio, Matilda se complementaba con Thomas, además ellos se iban a "casar simbólicamente" y no había duda alguna de que serían felices.

Flash Back

Santiago jamás pensó estar en una situación similar, definitivamente era algo surrealista, acariciaba el cabello de una chica que se encontraba recostada en su pecho, mientras ambos compartían un mate y una tarde de lluvia en Argentina, lejano a todo lo ocurrido. Acostados en el sofá cubiertos por una cálida manta, respiraciones acompasadas y relajadas, de fondo el sonido de las gotas de aguas caer y chocar contra el pavimento.

-Nunca pensé estar así con alguien- soltó de pronto.

-¿A qué te refieres?- preguntó Luciana sorbiendo de su mate- ¿estás incómodo?- se levantó rápidamente.

-No, Luciana- la volvió a recostar sobre él- no se trata de eso, simplemente - se miraron fijamente- nunca había estado de esta manera con alguien, antes lo había intentado, pero era incomodo, raro y contigo es de manera natural- confesó- Jamás me había subido a un taxi, luego coger un avión, llegar a otro país, y después llegar de la nada, siempre he sido un hombre impulsivo y fogoso- se sonrojó- y me cuesta ser romántico, pero contigo fluye la espontaneidad romántica- se acercó a los labios de ella y susurró- hueles a mate y me encanta- sonrió, pero ella se alejó.

-No seas así- se quejó ella- de verdad Santiago, esto no va a funcionar, créeme, hay varios kilómetros de distancia ... sinceramente de este hermoso fin de semana no puede haber nada más-suspiró- fuiste sincero al contarme los sentimientos que tenías por Matilda, has sido completamente honesto y eso lo aprecio, te lo agradezco, pero no puedo corresponder a ellos.

-Entiendo Luciana, pero debía escaparme de allá, debía saber si sentías lo mismo, no es la primera vez que me rechazan.-contestó.

-Te rechazo por que sé que en el fondo aun sientes cosas por la novia de mi primo ¿no es verdad?-cuestionó, Santiago se mantuvo callado- lo sabía, fue genial lo que pasó en la fiesta de compromiso,  pero te veo mas como un amigo, por eso es cómodo que estemos así, por que hay confianza y respeto, pero no amor, quizás un poco de admiración- explicó Luciana- te tengo cariño, pero simplemente no te confundas y no me confundas y luego me rompas el corazón ¿vale?.

-No se si tienes razón, pero siento cosas por ti- explicó el chico- Luciana quiero dejar de sufrir por amor, no soy correspondido por nadie ¿tengo algo malo?

-No lo sé, para esas cosas hay que darle tiempo, llegan solas, cuando menos lo esperas y de pronto ¡zaz!, llega el amor de tu vida- sonrió.

-Ahora entiendo porque eres una excelente escritora, aún crees en el amor, yo por mi parte me estoy desalentando Lu- se quejó- creo que no hay nadie para mi, el pasado me condena.

Mi eterno amor de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora