Mi futura enfermera favorita

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Ya habían pasado varios días desde que habían regresado de la playa, ahora se encontraban en pleno proceso de mudanza Nicko, Mey  y Matilda, habían arrendado una bella casa en las afuera de la ciudad, en una parcela, era una casa de campo, muy rupestre por fuera, con dos grandes terrazas, ventanales y dos pisos, un gran patio con un quincho, y una piscina. En el primer piso, seguía el estilo rustico, grandes vigas de madera en techo, una cocina americana enorme y full equipada, el comedor era algo  más sencillo, la típica mesa con sillas, pero estaba decorado por varias obras de arte modernas, el baño de invitados sencillo y en tonos rosas y pasteles,el living era enorme, tenían una gran TV plasma, un equipo home theater, varios sillones negro que bordeaban una gran mesa de centro, y todo ese conjunto  alrededor de una gran chimenea y todo esto decorado femeninamente con flores ,cortinas y alfombras a tono.

La segunda planta habían 3 habitaciones y tres baños y una sala de estar, que las chicas habían decidido en transformar en una pequeña biblioteca.

La primera habitación era de Mey, una cama con un cubre cama púrpura al centro de la habitación con dos veladores, y tras esta una pared con un gran dibujo de un hada, Mey desde pequeña amaba las hadas y tenía una obsesión con ellas. Un escritorio frente a una gran ventana, en donde había una laptop y varias partituras, un sillón blanco, un tocador con un gran espejo y dos  puertas laterales, un que conducía  a un ropero y la otra a su baño.

El segundo cuarto era el de Nicko, este era  un poco más grande que el de las otras chicas,  este era  mitad dormitorio y mitad estudio de danza. Una de sus paredes estaba cubierta por un espejo gigante y una viga para poder ensayar, al ser más grande la habitación, poseía dos enormes ventanales, adornados con unas cortinas blancas, la cama era al igual que Mey grande, y estaba adornada con un cubrecama blanco, y cojines de varios tonos rosas, fucsias, amarillos y verdes. A diferencia de las otras chicas, en la cabecera de la cama Nicko había pintada la silueta de una bailarina realizando Pas de Deux. Un pequeño escritorio, dos puertas laterales (ropero y baño) y un equipo de música.

Mientras que la habitación de Matilda era completamente diferente a la de sus amigas, era un cuarto más pequeño que el de Nickol, pero había salido favorecida al tener un balcón, en donde tenía un pequeño juego de terraza de dos sillas y una mesita. En el cuarto lo que más llamaba la atención era una cama King size con doseles rosas  y blancos que en ese momento se encontraban abiertos, dejando ver una colección de cojines en tonos pasteles. Dos veladores blancos con sus respectivas lámparas, un escritorio con su laptop y en una esquina de la habitación un sillón y dos libreros repletos de libros y las dos puertas laterales.

-Creo que ya no doy más- dijo Mey- tantas cosas por traer.

-Eran necesarias ¿no?- dijo Nicko- estoy feliz que estemos aquí, mañana al fin entramos a la Universidad, ¡esto va a ser genial!.

- Sí lo será – sonrió Matilda- de verdad la casa es maravillosa, jamás pensé que podríamos vivir juntas y que esta experiencia sería así.

-Bueno, es que tú tenías otros planes – dijo Mey refiriéndose a Matías- lo importante es que los cambiaste y estas aquí con nosotras y esto es maravilloso. En ese momento le sonó el teléfono a Matilda.

- Es de Thomas- susurró y comenzó a leerlo a sus amigas- Matilda, te extraño muchísimo mi niña, espero que todo este muy bien con mudanza, y que te estés acordando de mi, como yo de ti, te quiero, beso guapa.

Mi eterno amor de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora