CAPITULO 4

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PALACIO PAPAL

LENA'S POV

Los problemas políticos entre naciones tenían en tensión al clero, los altos mandos nos veíamos obligados a asistir a reuniones estratégicas para proponer acuerdos beneficiosos

- esos malditos kryptonianos siguen resistiéndose – la papisa golpeaba el escritorio furiosa

- su excelencia, enviaremos al ejército para acabar con las aldeas herejes – el diacono propuso

- la abadesa propondrá la medida ante la reina, como siempre, los soldados podrán hacer lo que quieran, estarán absueltos de toda culpa –

La reunión terminó, me encaminé a la habitación para recoger mis cosas, ya habían pasado tres días aquí, mi madre, la papisa, siempre me obligaba a quedarme por unos días

- ¿Cómo está tu hermano? – preguntó ella mientras cenábamos

- él está bien, es amado por el pueblo –

- es una lástima que no haya nacido mujer – se lamentó

La escuché hablar durante toda la velada sobre los planes que tenía a futuro, sobre su utopía de cristiandad y pureza...

- Dios te bendiga, hija – dijo ella mientras me despedía

- amén – caminé hasta el carruaje y me subí

Llegué a la abadía al anochecer, las hermanas me esperaban

- excelencia – dijo una de ellas

- hermanas – saludé - ¿Cómo está todo? –

- muy bien –

- ¿Qué novedades hay? –

- una joven llegó hace poco para tomar los votos, y la general está aquí para escoltarla al palacio real –

- la joven ¿Dónde está? ¿se está adaptando a las tareas? –

- excelencia, la joven tuvo un accidente la primera noche –

- ¿Qué le ocurrió? –

- se cayó y se golpeó la cabeza –

- ¿se encuentra bien? –

- la general se ha encargado de su cuidado –

- bien, espero estén atendiendo a la general de buena manera –

- si excelencia, la hemos atendido de la mejor manera –

- perfecto, por favor llámenla a mi oficina –

- si señora –

Me fui a mi alcoba para poder ducharme, los hábitos eran muy calurosos para el clima actual... cuando estuve preparada me encaminé a la oficina, la general estaba allí

- excelencia – ofreció una leve reverencia

- general, un gusto tenerla entre nosotras –

- favor que me hace... ¿ha pasado algo? – preguntó, aquella mujer era peligrosa, muy peligrosa...

- ¿Cuándo cree que podamos salir rumbo al palacio? – pregunté, evitando mirarla de más

- cuando usted disponga excelencia, estoy para servirle –

- ¿podrá ser mañana mismo? –

- si así lo desea usted, por mí no hay ningún problema –

DERRIÈRE LES PORTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora