CAPITULO 29

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LENA'S POV

El par de hermanas estuvo presto para ayudarme a trazar un plan efectivo para cubrir los pueblos cercanos, era una labor tediosa, pero confiaba en que podríamos realizarla

- ¿me acompañarán al pueblo? – pregunté

- ni más faltaba abadesa -respondió la teniente – somos su escolta –

- gracias... - respondí

- ¿Qué pasará con la teniente Rojas? – preguntó mi soldado

- se quedará en la abadía – fui contundente

- no le va a gustar –

- alguien tiene que quedarse para custodiar la abadía – suspiré – y dudo que Lady Samantha esté dispuesta a la labor, tampoco se lo preguntaré, es nuestra invitada –

- ¿Cuándo iremos al pueblo? – Kara me miraba curiosa, sentía el calor subir desde mi cuello hasta mis mejillas cada vez que me reflejaba en esos hermosos iris color cielo

- mañana mismo, tenemos que comprar unas cuantas carretas y enviar una misiva a la papisa para que envíe soldados –

- está bien –

Ellas se marcharon para cumplir sus deberes, me encargué de sacar el dinero que Aria me había dado, no tenía idea de que tenía tanto, ella me pidió que lo utilizara para comprar comida y la repartiera a los aldeanos, y eso haría...

Pedí a la hermana Nía que llamara a la capitán Rojas, tenía que hablar con ella sobre lo que haría, mientras la esperaba, repasaba en un pedazo de papel lo que había contado y para lo que debía alcanzar

- ¿abadesa, ¿me llamaba? –

- capitán, estoy segura de que el coronel Edge le enseñó modales, se toca la puerta antes de entrar –

- pero usted me llamó y...-

- eso no importa, por favor siéntese – señalé la silla delante de mi escritorio, sabía que era odioso comparar, pero la capitán Rojas no tenía nada en que compararse con las hermanas Danvers, ellas eran educadas y cordiales, todas unas damas

- usted dirá – clavó su mirada en mí, impaciente

- mañana iré al pueblo para comprar unas provisiones –

- bien, ¿a que hora debemos partir? – preguntó

- partiré con mi escolta después del desayuno, usted se quedará a custodiar la abadía –

- ¿disculpe? – se levantó – no estoy aquí para custodiar la abadía, estoy aquí para servir de SU escolta –

- lo lamento capitán, pero yo ya tengo escolta, la cabo Danvers y la teniente han sido mis escoltas, y no pienso relevarlas de sus deberes conmigo –

- lo lamento abadesa, pero usted no decide... -

- soy yo quien lo lamenta capitán, parece que ha olvidado cual es su lugar... usted ya no está en el palacio papal dando órdenes a sus esbirros, está en mis dominios, que si lo olvida hacen parte del tratado entre la corona y la iglesia, aquí mando yo –

- pero abadesa, su cabo es una inexperta –

- esa inexperta me ha protegido muchísimas veces capitán, a esa inexperta le confío mi vida con los ojos cerrados, no puedo decir lo mismo de usted –

- como se atreve... -

- me atrevo porque es la verdad, si no está conforme con lo que ocurre en mis dominios puede enviar una misiva al palacio papal, estoy segura de que la papisa enviará a alguien más... calificado para desempeñar su labor – estaba irritada

DERRIÈRE LES PORTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora