CAPITULO 62

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ARIA'S POV

Estaba dispuesta a enfrentarlos para que Alex no pasara por tal tortura...

- ¿Qué haremos? – Sammy tenía sus ojos llorosos

- no lo sé... yo... no lo sé –

- tenemos que hacer algo Aria... ella está en esa situación por mi culpa –

- hay algo que podemos hacer... pero puede salir muy mal... -

- ¿Qué es? –

- escucha muy bien lo que haremos... - procedí a contarle mi plan

La mañana llegó, y con ello comenzaba el plan...

Sam se posicionó en el lugar que le pedí, no sin antes darle mi espada, contemplé como el inquisidor daba su discurso de purificación, e implícito en eso... una advertencia a los plebeyos, maldito desgraciado...

Trajeron a Alex y la desvistieron en frente de todo el pueblo, atrás, en un palco estaban Diana y Lillian, era asombroso el contraste entre ellas, el rostro de mi amor tenía demarcada la preocupación, y Lillian... era casi como si lo disfrutara.

Encadenaron a mi pequeña teniente y el inquisidor general llegó, en su mano reposaba un flagrum con espinas metálicas... querían destrozarla.

Cuando aquel hombre retrocedió su pierna derecha, vi a Sam saltando hacia la planicie de madera, mató a los dos soldados que estaban allí y apuntó con su espada al verdugo

- ¿Qué es lo que está pasando? –

- no se va a celebrar esta tortura – dijo ella

- ¡GUARDIAS! – gritaron

Me apresuré y subí a la planicie, me quité mi capa y la coloqué sobre el cuerpo desnudo de Alex, luego me giré para mirar a Sam, ella soltó la espada y se arrodilló con las manos arriba, los soldados se detuvieron inmediatamente

- ¿Qué es lo que está pasando? – el inquisidor general se acercó a mí, su mirada furiosa solo me causaba un gran regocijo, dejé de mirarlo y me centré en Lillian, quien se levantó de su cómodo lugar

- no podía permitir que tal castigo le fuera impuesto a mi querida hija, no podía quedarme sentada contemplando como desgarraban su integridad para placer de otros... sé muy bien que una sentencia pesa sobre su ser, pero he de admitir que todo esto ha sido mi culpa... - comencé a desabotonar mi camisa – Rojas tenía razón, fui yo quien las adoctrinó en su contra, pero sé que ellas jamás le hicieron algún agravio, acepto mi culpa, y asumiré mi castigo... Padre Robinson – sonreí – es usted un hombre justo, espero decida con prudencia... -

- creo que tal castigo.... -noté que se puso nervioso – creo que la responsabilidad recaerá en la agraviada – miré a Andrea y sonreí abiertamente

- acepto que sea ella quien tome el castigo – la gente comenzó a murmurar

Los soldados quitaron los grilletes de las muñecas de Alex, ella me miró con tristeza y yo solo atiné a hacer una señal, ella fue abrazada por Sam y ambas bajaron de la planicie, me ataron y me arrodillé, siempre con la frente en alto

- ¡DETENGAN ESTO! – Lillian gritó desde su lugar - ¡PAREN TODO! – me sentía tranquila, pese a que no esperaba esto... me parecía bien – suéltenla –

- ¿disculpe? –

- ¡QUE LA SUELTEN! – gritó, los soldados decidieron obedecer, Lillian se acercó – lleven a todos los implicados a la sala del trono - y con esto último dicho, simplemente se retiró

DERRIÈRE LES PORTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora