CAPITULO 16

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KARA'S POV

Después de una buena noche de sueño, estaba lista para todo...

- buenos días – saludé a las hermanas

- buenos días – saludaron al tiempo

Me encaminé a la granja, la tierra estaba sin arar, me quité la camisa y agarré el azadón

- soldado... -me detuve a medio camino, volteé a mirar a mi interlocutora, ahora me era imposible no visualizarla sin sus hábitos

- abadesa – hice una leve reverencia al tiempo que bajaba la pesada herramienta

- ¿Qué hace? –

- bueno, quería arar la tierra para comenzar a sembrar –

- pero ese no es su trabajo –

- pero es algo que me agrada hacer – levanté los hombros levemente – no es algo que me moleste –

- Está segura? –

- por supuesto... -

- gracias – se alejó un par de pasos – iré a oficiar la misa, en cuanto terminemos le diré a una de las hermanas que venga a buscarla, Kara... -

- s... si – la vi marcharse, me dolían las mejillas por sonreír ¡me llamó por mi nombre!

- Kara... - escuché la voz de mi mentora luego de un rato, dejé el azadón en el suelo y la encaré

- ¡Aria! –

- ¿la abadesa te encargó la tarea? – preguntó

- no... yo... lo hice por propia voluntad –

- entiendo... ¿necesitas ayuda? –

- deberías estar descansando – repliqué

- ya estoy plenamente bien – levantó sus hombros – odio estar por ahí sin hacer nada –

- enti... - me sentí palidecer – oh rayos... -

- ¿pasa algo? –

- la reina me encomendó hacer algo –

- ¿Qué? – frunció el ceño

- ella...me dijo que le diera una carta al herrero... oh no... cómo pude olvidarlo –

- entonces ve – agarró el instrumento que reposaba en mi mano – ve, yo me encargo de arar la tierra –

- está bien... iré a pedirle... - me golpeé la frente con la mano – la abadesa está en eucaristía –

- ummm, no te conviene salir sin decirle nada – miró al cielo – déjale una nota y vete, tal vez lo que la reina solicita es importante –

- está bien – mi mentora tenía razón – gracias por ocuparte – ella hizo un gesto para restarle importancia al asunto, bajé a las cocinas para pedir papel y pluma

- ¡hermana Cat! – estaba un poco agitada

- soldado, ¿pasa algo? –

- me gustarías saber donde puedo conseguir papel y pluma... -

- uhm, espera un momento... - se abrió paso por las otras cocineras, llegó a un estante de dónde sacó lo que necesitaba ¿cómo es que tiene algo así? – toma – me los ofreció

- gracias... ¿puedo sentarme? – señalé la silla de madera que reposaba en un rincón

- claro –

DERRIÈRE LES PORTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora