CAPITULO 9

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ARIA'S POV

Asistí a cada una de las reuniones que la papisa proponía, escuchaba atentamente sus planes y me encomendaba misiones futuras.

- ¿en verdad debes irte? – dijo ella desde la cama

- debo hacerlo, la reina requiere mi presencia lo más pronto posible – respondí mientras subía mi pantalón

- es una verdadera pena, sin embargo, te necesito allá, no permitas que la reina tome decisiones tontas que puedan entorpecer nuestros planes –

- no lo permitiré –

- y... si el pueblo necesita algún empujón, entonces dales el incentivo para que comiencen las revueltas –

- así será, papisa... -

- sobre la mesa he dejado una carta, ve a la abadía y entrégasela a mi hija, de paso... inspecciona que todo marche bien –

- como diga –

- Aria... mi amada Aria – ella se levantó de la cama, cubriendo su cuerpo con la sábana, acercándose a mí – no sé si eres un ángel que Dios me envió para guiarme y mostrarme su amor... o si eres un demonio enviado por el mismísimo Lucifer para hundirme en el pecado –

- creo que... eso lo averiguará eventualmente – respondí en voz baja, la besé

Salí del palacio papal sobre un corcel, dejando la carreta en manos de los peones, cabalgué hasta la abadía y golpeé la puerta

- hermana Cat –

- general... - entré con el caballo a la estancia, una novicia lo recibió para llevarlo a las caballerizas - ¿a qué se debe el honor de su visita? –

- he venido a traer una misiva para la abadesa ¿se encuentra? –

- si general, sígame por favor –

Caminamos por los extensos jardines mientras observaba todo con detenimiento

- ¿todo va bien en este lugar? – pregunté

- si general, la única novedad es la chiquilla aspirante a novicia –

- ¿ella se ha adaptado? –

- ha dado uno que otro problema a la abadesa –

- bueno, siempre hay ovejas rebeldes en el rebaño – sonreí – la joven Kara es una buena chica –

Llegamos a la oficina de la abadesa, la hermana Cat golpeó

- hermana Nía, ¿se encuentra la abadesa? – la joven fue quien abrió la puerta

- oh... si – respondió ella

- ¡eran cosas importantes! – abrí mis ojos sorprendida por el casi grito

– pero está ocupada –

- es que la general está aquí... -

- ¡general!, no la había visto –

- hermana Nía – saludé

- ah, por favor esperen – cerró la puerta, la hermana Cat me miró, y luego negó, yo solo me encogí de hombros, tiempo después la puerta fue abierta, la hermana Nía me cedió el paso, en cuanto entré al despacho, noté que la hermana Lena estaba sonrojada, su respiración era acelerada y sus pupilas dilatadas, la hermana Nía estaba sosteniendo la puerta abierta, y una tercera persona estaba en la oficina

- buenas noches – dije

- buenas noches, general – dijo la abadesa, de inmediato, la tercera persona despegó la frente de la pared

DERRIÈRE LES PORTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora