CAPITULO 91

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KARA'S POV

Una comitiva de soldados papales llegó a la abadía, me sentí temerosa en cuanto vi a esa mujer, tan altiva...

- hemos venido por la abadesa, la reina Lillian requiere su presencia en el palacio real –

- no he recibido la orden por parte de la general –

- la general no tiene voz ni voto, Su Ilustrísima – miró a Lena – por favor, prepare sus cosas, partimos en dos amaneceres – ella invadió nuestro lugar, y yo solo pude observar impotente como esos soldados acampaban en el patio de la abadía, destruyendo las hermosas flores que las hermanas habían plantado

- los hombres no pueden entrar aquí –

- lástima – sonrió – pero por orden de la reina, tengo potestad de hacer lo necesario por la seguridad de la abadesa... mejor vaya a vigilar por ahí –

Lena me envió a llamar a media tarde, también estaba muy molesta

- ¿Qué haremos? – preguntó

- no lo sé – me sentía demasiado preocupada – estoy plenamente segura de que tu madre quiere investirte como papisa –

-yo también lo creo... - me miró, su angustia se trasparentaba a través de sus hermosos ojos

- pensaré en algo... no permitiré que tu madre te encierre –

- tengo miedo – se abrazó a mi – tengo mucho miedo –

- yo también tengo miedo – reconocí – pero saldremos de esto

El día del viaje llegó demasiado rápido, no había podido dormir bien intentando encontrar una manera de evadir a la papisa y sus planes, pero no se me ocurría absolutamente nada

Me apeé en el caballo, y comenzamos el camino, mientras más nos alejábamos de los terrenos de la abadía, menos seguridad había

- ¿Qué pasó con los soldados? – pregunté

- van rumbo a la formación fronteriza – respondió Andrea – fueron llamados al frente –

- entiendo... -

En cuanto el sol comenzó a ocultarse por el horizonte, Andrea ordenó que acampáramos, personalmente coloqué la tienda de mi amada y cavé una canal alrededor por si llegaba a llover

- si seguimos a este ritmo, llegaremos mañana al anochecer – dije

- lo sé- negó – falta muy poco... - sus manos temblaban

- te he fallado, mi amor – me sentí tan triste – yo... no he podido pensar en nada –

- no te culpes – acarició mi rostro

- ¡lo hago!... no he podido cuidar de ti adecuadamente y... no soy capaz de idear algo para proteger nuestro amor... es tan doloroso –

- me has protegido demasiado, mi amor... soy muy feliz de tenerte en mi vida... -

- pero... -

- algo haremos al respecto... - me silenció – no puedo resignarme sin pelear... tú has batallado mucho por mí, es mi momento de hacerlo –

- pero... ¿cómo harás? –

- bueno... puedo imponer condiciones... si mi madre me quiere como papisa es porque cree tener la manera de controlarme... y yo te quiero cerca, no voy a renunciar a ti diga lo que diga –

- ¿crees poder convencerla? –

- mamá no puede prescindir de aliados... usaré esa oportunidad para sacar ventaja... -

DERRIÈRE LES PORTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora